En París, los manifestantes se concentraron en el monumento de los Inválidos, donde se encuentra la tumba de Napoleón, para recordar a las 10 personas muertas en accidentes y los cientos de heridos desde el inicio del movimiento el 17 de noviembre.
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La policía ha dispersado manifestaciones por medio de proyectiles de caucho que han causado heridas a decenas de personas.
“No es normal tratar a la gente de la manera como nos tratan a nosotros. Tenemos heridos todos los sábados”, dijo la manifestante Juliette Rebet.
La marcha fue pacífica en París, pero se produjeron choques al final. Algunos activistas enmascarados arrojaron proyectiles y derribaron un semáforo hasta que la policía los dispersó con gases y cañones hidrantes.
Hubo detenidos
Se informó de enfrentamientos en la ciudad de Rennes, en el oeste del país, donde dos agentes resultaron heridos según la emisora BFM TV. Hubo 20 detenidos en París, informó la policía.
En los Inválidos, los manifestantes iban precedidos por una pancarta con la leyenda “Ciudadanos en peligro” y portaban tablas negras con forma de tapa de ataúd en recuerdo de los muertos.
París apostó unos 500 agentes de policía en las calles, sobre todo en torno a edificios públicos y en el paseo de los Campos Elíseos, escenario de violencia reciente.
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La capital y buena parte del país han soportado semanas de protestas que en ocasiones han caído en la violencia.
La protesta del sábado, en su décima semana consecutiva, pondrá a prueba si el llamado al debate de Macron ha restado impulso al movimiento de los chalecos amarillos.
¿Qué inició la manifestación?
Las protestas comenzaron en torno a los impuestos sobre combustibles, pero se ampliaron para abarcar otros problemas económicos. El movimiento cedió durante el período navideño, pero más de 80.000 personas salieron a las calles el fin de semana pasado.
Los reclamos son variados, e incluyen la reimposición del impuesto sobre las grandes fortunas y la convocatoria a votaciones en las que los ciudadanos puedan proponer nuevas leyes.
Macron lanzó su gran debate esta semana durante reuniones con alcaldes y funcionarios locales. Éste consistirá de tres meses de reuniones organizadas por ciudadanos, asociaciones y funcionarios electos en las cuales los franceses podrán expresar sus opiniones sobre la economía y la democracia. Macron ha dicho que está dispuesto a discutir, pero que no cederá en sus promesas, incluida la reforma del sistema jubilatorio.
“No creemos en el gran debate”, dijo el manifestante Jonathan Gaby en París. “No decidiremos, finalmente será el gobierno el que decide”.