El bullicio de la calle se transforma en murmullo en el interior del templo al que los peregrinos acuden para llevar sus peticiones a la imagen del Milagroso Cristo Negro. Sin embargo, esa escena no corresponde a la basílica ubicada en Esquipulas, Chiquimula, sino a lo que se vive cada 15 de enero en la parroquia de Nuestro Señor Jesucristo Crucificado de Esquipulas, conocida como Esquipulitas, en la zona 11.
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Agradece los milagros
Mientras las familias llegan a visitar al Cristo Negro de la Parroquia Nuestro Señor Jesucristo Crucificado de Esquipulas, en la zona 11, Lesbia de Barrientos llega sola y espera reunirse con su comadre para poder escuchar la misa solemne y agradecer los milagros que ha recibido junto con su familia.
“Hace cuatro años iban a operar a mi hijo de sinusitis, y al evaluarlo determinaron que era cáncer, el Cristo Negro nos apoyó en todo momento y después del tratamiento, mi hijo ha salido adelante”, comenta Lesbia.
Debido a que la celebración fue entre semana, Lesbia decidió visitar el templo de la zona 11; sin embargo, tiene previsto un viaje junto con sus hijos en los próximos meses a Chiquimula.
Seis décadas de visitas continuas
Desde hace más de 60 años Delfina Sacor, quien es originaria de Quetzaltenango, no ha dejado de visitar la basílica de Esquipulas, en Chiquimula, y este año no fue la excepción; sin embargo, decidió estar unos días antes y posterior a ello llegar a la capital para visitar el templo de Esquipulitas.
“Los milagros que nos ha dado en la familia el Señor de Esquipulas son demasiados”, comenta Delfina, quien limpia sus lágrimas al recordar el apoyo que ha recibido del Cristo Negro. Es por ello que el inicio de enero lo dedica especialmente para visitar la capital centroamericana de la fe.
Posteriormente, al terminar su peregrinación, abordará un bus hacia el occidente para retornar a su vivienda.
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Por otro año de unión familiar
Mirta Méndez espera paciente, acompañada por su hija y su nieto, en la fila para poder observar la réplica del Cristo Negro que está ubicada en el templo de la zona 11 para agradecer la unión familiar que ha tenido en su hogar y que esta continúe en el presente año.
Mirta migró del departamento de Petén a la capital hace 48 años, durante los cuales sus hijos han crecido y los milagros del Señor de Esquipulas siempre han estado presentes en ellos, incluso, en sus nietos.
“En Petén se lleva a cabo una feria y también se venera al Cristo Negro, pero por lo lejos preferimos visitar Esquipulitas”, comenta después de haberse acercado a la imagen y pedir que el presente año sea de muchas bendiciones.
Agradece al Cristo Negro estar de pie
Un accidente de tránsito mantuvo postrada en una cama por dos años a Blanca Estela Cáceres, quien perdió la movilidad de sus extremidades inferiores; sin embargo, le acredita al Señor de Esquipulas el milagro de ponerse de pie otra vez.
“Me han operado 20 veces debido a la gravedad de las heridas, y aunque con dificultades, gracias al Cristo Negro puedo caminar”, indica Blanca Estela, quien es acompañada por la familia de su sobrino, quienes se sientan en las últimas bancas del templo para escuchar la misa del mediodía.
Entre sus planes tienen previsto viajar a Chiquimula a fin de mes para visitar la basílica y recibir la bendición de un sacerdote.