El Salvador registró 3.340 homicidios en 2018, 15% menos que el año anterior, aunque su tasa de 51 muertes por cada 100.000 habitantes lo mantiene como uno de los países sin guerra más violentas del mundo, informaron este miércoles fuentes oficiales.
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"En tres años de forma consecutiva (2016, 2017 y 2018) hemos ido obteniendo reducciones de forma gradual y progresiva" en el número de homicidios, declaró a la televisión local el ministro de Justicia y Seguridad, Mauricio Ramírez.
En 2015, según Ramírez, El Salvador registró 6.657 homicidios (103 muertes por cada 100.000 habitantes). En los años siguientes, la cifra fue disminuyendo progresivamente: 81 por 100.000 en 2016; 60 homicidios por 100.000 habitantes en 2017, y finalmente 51 el año pasado.
El ministro atribuyó la reducción al "combate muy fuerte" contra la delincuencia, los programas de prevención en comunidades en riesgo y a las iniciativas de rehabilitación en cárceles, por las que un poco más de 2.000 pandilleros se desvincularon de esos grupos.
En 2018 se contabilizaron 383 feminicidios, y 32 muertes de policías, de los cuales 24 fueron asesinados mientras se encontraban de licencia junto a sus familias, detalló Howard Cotto, director de la Policía Nacional Civil. En 2017 fueron asesinados 46 agentes.
La mayor parte de la violencia homicida que sufre El Salvador es atribuida por las autoridades a las pandillas, que tienen un poco más de 70.000 miembros, de los cuales unos 17.000 están encarcelados.