El domingo comenzó la 24ª conferencia sobre el cambio climático de las Naciones Unidas (COP24) en Katowice, el corazón polaco del carbón, versión que se ha visto marcada por la amenaza del cambio climático.
PUBLICIDAD
Fue por esto que durante los últimos días los representantes de los 200 países presentes en esta instancia han hecho lo imposible por poner en marcha el Acuerdo de París.
¿La razón? Este año se suma una nueva amenaza en la lucha por preservar el medioambiente tal y como lo conocemos: la temperatura del planeta ya ha subido 1ºC y para mantenerse por debajo de los +1,5ºC, las emisiones de CO2 deberían reducirse en casi un 50% para 2030 respecto a 2010.
Asimismo, en un informe publicado la semana pasada, la Organización Meteorológica Mundial señaló que el “2018 está en camino de ser el cuarto año más cálido registrado” en la historia.
El estudio indica que “el aumento de las emisiones y la acción retardada significan que la brecha para el informe de este año es más grande que nunca”, destacando además que si no se revierte esta tendencia, en 2100 las temperaturas aumentarían entre 3 y 5ºC.
En tanto, la “solución” ya fue señalada hace un mes por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU: las emisiones globales deben reducirse drásticamente durante los próximos 12 años o la vida en el planeta se hará insostenible.
Trump contra el cambio climático
La crisis medioambiental se ha visto gatillada en gran parte por la emisión de gases invernadero. En esta materia, China y Estados Unidos se adjudican el 40 % total de las emisiones, según datos entregados en 2017 por la Comisión Europea y la Agencia Holandesa del Medioambiente.
PUBLICIDAD
A esto se suma que la política medioambiental de Estados Unidos ha cambiado desde el ascenso al poder del republicano, quien ha optado por promover el uso de combustibles fósiles, una de las mayores fuentes de gases invernadero.
De hecho, al poco tiempo de tomar el mando, el magnate anunció su salida del Acuerdo de París, argumentando que junto con “no creer” en el cambio climático, quiere negociar un nuevo acuerdo que sea más “justo” con empresarios y trabajadores.
Fue en este marco que el Instituto de Asuntos Internacionales y Europeos publicó un estudio titulado “El Acuerdo Climático de París versus el Efecto Trump”, que reconoce la repercusión que los dichos del mandatario han causado en el mundo.
Según el análisis, la postura tomada por Estados Unidos está causando “un daño muy real” al Acuerdo de París.
Joseph Curtin, el experto a cargo del informe, destaca tres áreas de impacto: el incremento en inversiones en combustibles fósiles (desacelerando la tasa de inversión en tecnologías verdes), convertirse en un “mal ejemplo” para otras naciones, y dañar la buena voluntad en las negociaciones internacionales.
Daños a la buena voluntad
Citando los ejemplos de Rusia y Turquía, ambos países que también se retiraron del Acuerdo de París, el autor ratifica que la salida del tratado ha propiciado una “cobertura moral y política para que otros sigan su ejemplo”.
“No hay absolutamente ninguna duda de que el efecto Trump ha creado una sensación de incertidumbre en términos del compromiso político”.
A su vez, destaca que las inversiones en carbón y petróleo se han impuesto por sobre la energía renovable repercutiendo a nivel global.
En materia política, Rusia, Turquía, Australia y Brasil siguieron el ejemplo de Trump para limitar sus esfuerzos en el combate del cambio climático.
“Estas decisiones han agravado la desconfianza entre los países desarrollados y en desarrollo, que es un ingrediente necesario para el progreso”.
Finalmente, el autor destaca que “a más largo plazo, sin el apoyo de Estados Unidos, el Acuerdo de París no será efectivo y deberíamos ser sinceros al respecto”.