"Este es el momento en que el comandante Daniel Ortega debe reflexionar", porque "si no vuelve a la mesa de negociación vamos a una mayor crisis", afirmó el exdiplomático nicaragüense, Mauricio Díaz.
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"Esperemos que comprenda que por ese camino (de reprimir a la oposición) lo único que va a conseguir es terminar de hundir toda posibilidad de sobrevivencia política de su régimen", declaró por su parte el opositor general en retiro, Hugo Torres.
Señaló que el ejército, que se ha mantenido al margen de la crisis, "debería estar altamente preocupado y aconsejando (al gobierno) para que cese esta vorágine represiva y se restablezca la democracia".
Washington anunció el martes sanciones contra la vicepresidenta y primera dama de Nicaragua, Rosario Murillo, y el asesor de seguridad nacional de Ortega, Néstor Moncada, por actos de corrupción y violación de los derechos humanos.
Las sanciones fueron acompañadas por un decreto ejecutivo que declara a Nicaragua una "amenaza a la seguridad de Estados Unidos", y por la aprobación en el Senado de la Ley de Condicionalidad de Inversiones de Nicaragua, conocida como "NICA Act", que limitaría el acceso de Managua a préstamos internacionales.
"Estamos atravesando una crisis magna en nuestras relaciones" con Estados Unidos, principal socio comercial de Nicaragua y "eso es sumamente preocupante", expresó el excanciller Francisco Aguirre.
Según el Departamento del Tesoro norteamericano, Murillo "ha estado marcada por distintos actos de corrupción y tiene influencia sobre dos grupos muy involucrados con la violenta represión de las protestas", mientras que Moncada es señalado de actuar como agente de inteligencia gubernamental.
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A juicio del sociólogo Oscar Vargas, las sanciones, que bloquean los activos de los sancionados en entidades bajo la jurisdicción de Estados Unidos, es un fuerte golpe para Murillo, porque "descalifica la posibilidad de que ella sea la sucesora" de Ortega.
El martes, el gobierno de Ortega calificó las medidas estadounidenses de "injerencia imperialista". La vicepresidenta, por su parte, reiteró este miércoles que el gobierno no cederá a la presión extranjero y aseguró que cuenta con el apoyo del pueblo.
"No pudieron, ni podrán (…) Vamos al año 40 de la revolución" en 2019 con "un alma indoblegable, y lo digo así: somos indoblegables, somos fuertes", afirmó Murillo.