Hoy los “wearables” están tratando de salirse del mundo del deporte para ser prendas que en la vida diaria permitan no solo el bienestar del individuo: también pueden ser una manera de obtener esas piezas deseadas que uno ve en la calle o incluso para ubicarse o registrar movimientos. Por eso mostramos varios avances en cuanto a lo que se viene para la ropa lejos del ámbito athleisure.
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Tommy Hilfiger explora
Tiene 23 piezas y aunque sigue mucho la línea del athleisure, en cada pieza la ropa registra los movimientos de sus clientes para saber cómo eligen usar su ropa y bajo qué circunstancias. Esta está conectada a la app Tommy Jeans Xplore, donde el usuario recibe recompensas basándose en cuánto usa la ropa. Le dan descuentos en eventos y tiendas. ¿El problema? Muchos de los usuarios se quejan de que no tendrán privacidad. La marca respondió que la información está encriptada y los usuarios podrán desligarse de ella si quieren. Las piezas van desde los 29 hasta los 139 dólares.
Levi’s y Google
La marca de jeans lo hizo primero. La prenda cuesta 350 dólares, pero lo vale: si la pieza se presiona en áreas sensibles, las personas pueden acceder a mapas, música e incluso bloquear llamadas telefónicas. También se pueden recibir notificaciones.. Resiste 10 lavados y los hilos de Jacquard se combinan de forma inalámbrica a un smartphone. Esto se logra a través de un pequeño LED y un feedback háptico. También se conectan unos auriculares inalámbricos. También tiene control gestual.
Un traje como el de Jackie Chan (pero mejor)
En la película “El Smoking”, Jackie Chan tenía un traje que le permitía tener habilidades de artes marciales. El de Samsung no llega a eso, pero sí tiene elementos que permiten al usuario desbloquear el teléfono y manejar gadgets de oficina. Incluso conducir su auto. Por ahora se vende en Corea por 500 dólares. Fue lanzada en 2015.
Zenta
¿Hay una prenda que pueda rastrear e identificar las emociones del usuario? Zenta lo quiere lograr. La marca muestra piezas que pueden aislar al usuario del ruido y el caos urbano. También rastrea las emociones y conecta a las notificaciones del smartphone. Pero lo más importante: monitorea la calidad de sueño, de respiración, el estrés, las emociones y le mood. Tiene tecnología biométrica con algoritmos que pueden medir el estado del usuario y mejorar su experiencia.
Joyas para mantenerse conectados
Ringly y Ungaro decidieron pasar todas las interacciones de un smartphone a las joyas. Ringly, por ejemplo, tiene varias joyas en piedras semi-preciosas y se interconecta con su iOS o Android para alertarlos de llamadas, mensajes y emails. También trabaja con varias apps sociales e incluso se puede comprar online con ella.