El “gato de la embajada”, como es conocido el simpático felino que desde hace aproximadamente dos años acompaña a Julian Assange durante su estadía en la embajada de Ecuador en Londres, es ahora tema de polémica.
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Y es que el fundador de WikiLeaks, quien se encuentra refugiado en la sede diplomática del país sudamericano desde 2012, estaría en riesgo de perder a su mascota si no se apega a las nuevas normas diseñadas por el gobierno ecuatoriano.
El documento, escrito en español y publicado por primera vez en el portal ecuatoriano Código Vidrio, ordena al exhacker australiano que mantenga limpias las instalaciones, especialmente el baño, y le amenaza con confiscarle el emblemático gato si no lo cuida.
En el texto, se habría advertido a Assange que si no se encarga de forma adecuada de la alimentación, aseo y cuidado del felino, este podría ser enviado a un refugio de animales fuera de la embajada.
El gato es toda una celebridad en Internet, donde cuenta con perfiles en redes sociales como Twitter e Instagram, en las cuales acumula miles de seguidores. Llegó a la misión diplomática en mayo de 2016, a manera de obsequio por parte del hijo de Assange, quien se lo regaló para que lo acompañara.
El protocolo aclara, asimismo, que a partir del próximo 1 de diciembre no pagará la comida, lavandería o cualquier otro gasto relacionado con la estancia de Assange, quien también deberá realizarse chequeos médicos trimestrales, pagados de su bolsillo.
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Además de perder a su gato, si Assange decide incumplir cualquiera de las indicaciones del gobierno, se vería expuesto a perder el asilo en la embajada. Esto implicaría su entrega a las autoridades británicas, que mantienen una orden de prisión en su contra por haber escapado de su arresto domiciliario y evitado su extradición a Suecia.
Ecuador también le ordenó formalmente al australiano que no hable de temas que puedan perjudicar los intereses diplomáticos del país, si desea volver a conectarse a Internet.
Las tensiones entre Assange y sus anfitriones han ido en aumento en los últimos meses, particularmente luego que el exhacker comenzó a apoyar a los separatistas catalanes en 2017.