Muchos preveían que la primera ministra británica, Theresa May, adoptara un tono optimista durante el congreso anual del Partido Conservador, pero pocos esperaba que la premier se saliera por completo del libreto y rompiera el protocolo bailando frente a sus colegas.
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Cuando se dirigía al estrado para pronunciar su discurso, la política dejó a todos boquiabiertos al ponerse a bailar al ritmo de “Dancing Queen”, del popular grupo sueco ABBA.
La primera ministra hizo burla de su propia incapacidad para mantener el paso, giró en círculo, agitó los brazos y se rió, todo antes de dirigirse a los presentes en el evento de Birmingham.
El gesto habría sido una referencia a su torpe “intento dancístico” en una reciente gira por África, el cual fue ampliamente ridiculizado en las redes sociales.
Su baile de este miércoles, por el contrario, fue recibido con un sonoro aplauso por los asistentes, quienes premiaron la capacidad de la jefa del gobierno de reírse de sí misma.
May hizo también alusión a su aparatosa comparecencia del año pasado en ese mismo evento, cuando no paraba de toser y un letrero detrás suyo se cayó.
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Tras el divertido momento antes de su discurso, May regresó a su tono sereno y expuso los desafíos de su gobierno en medio de las negociaciones del Brexit.
Pide unidad
May llamó a su partido a permanecer unido en un momento en que las negociaciones del Brexit entran en su “fase más dura”. “Entramos en la fase más dura de las negociaciones (…) Pero si nos mantenemos unidos y permanecemos tranquilos, sé que podemos obtener un acuerdo satisfactorio para Reino Unido”, aseguró la dirigente.
Era uno de los discursos más importantes de la carrera política de May, pero llega en un momento en que es atacada por todos los flancos, y sus socios europeos parecen cada vez más preocupados ante la posibilidad de una separación caótica.
El impacto potencialmente calamitoso que un Brexit sin acuerdo tendría en el comercio indujo al ministro francés de Hacienda, Gérald Darmanin, a afirmar el martes que París está preparando sus aduanas “para el peor de los escenarios”.
Pero la preocupación más inmediata de May era recuperar la confianza de su partido y dar la imagen de un frente unido en las negociaciones con Bruselas de las próximas dos semanas. Y se esforzó en hacerlo con una mezcla de optimismo y determinación en un discurso de una hora de duración.
Presentó el Brexit como “un periodo de oportunidad” y aseguró que su controvertido plan para sacar a Reino Unido de la Unión Europea (UE) manteniendo una estrecha relación comercial, conocido como “plan de Chequers", prevalecerá “en el interés nacional”.
“Creo firmemente que lo mejor está por llegar y que nuestro futuro está lleno de promesas", aseguró.