Las bandas exteriores de viento y lluvia del huracán Florence comenzaron a azotar el jueves las costas de las Carolinas, doblando árboles y arrojando agua marina a las calles de las islas de Carolina del Norte, mientras la enorme tormenta se aproxima con vientos de 160 kilómetros por hora (100 mph) y lluvias que podrían prolongarse durante todo el fin de semana.
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Los meteorólogos dijeron que las condiciones solo se volverán más letales una vez que la tormenta ingrese a tierra a primeras horas del viernes cerca de la frontera entre Carolina del Norte y Carolina de sur y avance a paso lento. Las marejadas ciclónicas podrían cubrir la costa con más de 3 metros (11 pies) de agua, y las precipitaciones constantes podrían dejar más de un metro (3 pies) de lluvia, causando severas inundaciones.
Los vientos máximos sostenidos de la tormenta bajaron desde un pico de 225 kilómetros por hora (140 mph) hace unos días a 155 km/h (100 mph) para media mañana. Ahora es un huracán de categoría 2 en la escala Saffir-Simpson.
Pero el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, advirtió: “No se relajen, ni se vuelvan displicentes. Manténganse alerta. Esta es una poderosa tormenta que puede causar muertes. Hoy la amenaza se vuelve realidad”.
Los meteorólogos señalaron que debido al tamaño y paso lento de la tormenta, podría causar daños épicos similares a los que sufrió Houston a causa del huracán Harvey hace poco más de un año, con inundaciones que destruyeron casas y negocios, y esparcieron desechos industriales.
"El tema realmente es el tamaño total de la tormenta", dijo Ken Graham, director del Centro Nacional de Huracanes. "Entre más grande y lenta sea una tormenta, mayor la amenaza y el impacto. Y eso es lo que tenemos".
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Hacia las 8 p.m., el centro de Florence se ubicaba a 135 kilómetros (85 millas) al sureste de Wilmington, pero su velocidad se redujo a 7 km/h (5 mph). Los vientos huracanados se extienden a 130 kilómetros (80 millas) de su vórtice, y los vientos con fuerza de tormenta tropical se perciben a 315 kilómetros (195 millas).
El huracán es visto como una importante prueba para la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA por sus iniciales en inglés), que fue criticada fuertemente después de la falta de preparación y respuesta lenta tras el paso del huracán María por Puerto Rico el año pasado.
Mientras Florence se aproximaba, el presidente Donald Trump tuiteó que los equipos de emergencia de la FEMA estaban “listos y abastecidos” y rechazó la cifra oficial de que casi 3.000 personas murieron en Puerto Rico a causa de María, afirmando que el número es un complot demócrata para hacerlo quedar mal.
El cierre de escuelas y negocios se extendió hasta Georgia y las aerolíneas han cancelado alrededor de 1.200 vuelos hasta el momento, mientras que casi todas las poblaciones costeras de las Carolinas fueron evacuadas.