Miles de nicaragüenses peregrinaron este sábado en desagravio al episcopado, acusado por el gobierno de "golpista" en las protestas que azotan al país desde hace más de tres meses y dejan más de 300 muertos.
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En un hecho inédito, cristianos católicos, evangélicos y no creyentes caminaron juntos por Managua con cánticos, rezos, imágenes de la virgen María y banderas de Nicaragua y de la iglesia para ofrecer su apoyo a los jerarcas de la iglesia.
"Justicia", "libertad", "Cristo hoy, Cristo siempre", "Nicaragua de María", "obispo amigo, el pueblo esta contigo", gritaba la multitud, que avanzó lenta y sin incidentes desde la emblemática rotonda Jean Paul Genie hacia la catedral de Managua, distante 6,6 km.
El clero ha acudido en auxilio de personas atrapadas en la violencia que envuelve al país desde hace más de tres meses, que además de más de 300 muertos deja más de 2.000 heridos y una cifra no precisa de detenidos y desaparecidos, según organismos de derechos humanos.
En ese contexto, los obispos han recibido amenazas, insultos y agresiones por parte de adeptos al gobierno.
El caso más grave fue el ataque de paramilitares contra la parroquia de la Divina Misericordia, donde se refugiaron estudiantes durante el desalojo de una universidad vecina.
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Héroes con sotana
"Frente a esta situación sumamente critica (la iglesia) lo ha hecho ayer, hoy y siempre, de dar la vida y ser la voz de los que no tienen voz", dijo el sacerdote Silvio Fonseca, quien estaba en la caminata.
"Las iglesias evangélicas andamos aquí en apoyo a sacerdotes porque somos nicaragüenses y el mismo sistema que les agrede a ellos nos agrede a nosotros, por eso estamos en esta peregrinación", dijo a la AFP Henry Aguilar, de 55 años.
"Somos evangélicos, nos une el mismo Dios (…) reconocemos el trabajo de los señores obispos", dijo a periodistas una señora que estaba en la movilización.
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"Ellos (obispos) han puesto el pecho por nosotros, en Masaya, Nagarote, Carazo y tenemos que apoyarlos (…) y no están solos", manifestó un dirigente estudiantil en un discurso improvisado en el atrio de la catedral, cuyo vicario, monseñor Carlos Avilés recibió a los manifestantes y les agradeció por su apoyo.
"Nuestros templos siempre van a estar abiertos para todo el que tenga necesidad", dijo el religioso, que instó a la población a "no dejarse tentar por la violencia y ayudar al hermano en necesidad".
También reitero que "la opción de la iglesia es por el diálogo para que las personas se entiendan siempre hablando".