Con el rostro cubierto de lágrimas, Maidi Charchabal esperaba el domingo en la máxima institución forense de Cuba a que se complete la identificación del cadáver de su hijo Daniel Terrero, uno de más de un centenar de víctimas del accidente aéreo que desde el viernes conmociona a la isla.
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Hasta ahora 20 cuerpos han sido identificados y todos los restos humanos ya fueron recogidos del sitio donde la nave se desplomó en un campo sembrado colindante con el aeropuerto José Martí, parte de una investigación que podría durar semanas, dijeron las autoridades.
Como Charchabal, otras personas estaban en duelo por la pérdida de sus familiares y conocidos, entre ellos los colegas de 10 matrimonios de pastores de la Iglesia Evangélica del Nazareno _que iban a bordo_ y que realizaron oraciones especiales.
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“Es mi hijo”, dijo Charchabal mientras mostraba un retrato a colores grande y enmarcado del joven Daniel, en el que aparece con rostro serio y una playera blanca que dice “Brooklyn” con letras azules. “Hoy precisamente cumple 22 años”.
“Estamos aquí hoy para que, aunque sea de consuelo, nos entreguen el cuerpecito de él, para… por su cumpleaños poder estar con él”, agregó la mujer en brazos de su esposo.
En la nave viajaban 113 personas, de las cuales sobrevivieron tres.
El máximo experto forense en Cuba, Jorge González, indicó que ya se estableció contacto con todas las familias y se les pidieron, además de muestras de sangre, objetos como fotografías y cepillos de dientes para contribuir a las identificaciones, un proceso que podría durar al menos 30 días.
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González informó que se recuperaron la misma cantidad de cuerpos que de pasajeros registrados, por lo cual no hay desaparecidos. Además, aunque muchos están quemados, no hay cenizas, por lo que se tienen buenas expectativas de que se establezca la identidad de todos.
“Me siento afectado porque estamos hablando del luto de dos o tres personas en una misma casa”, manifestó González, al destacar que algunas personas viajaban con padres, madres o hijos. “Hay muchos cuerpos afectados por traumatismo y además por los efectos de las llamas y el calor”.
“Nosotros estamos de prisa, pero vamos a trabajar con toda la exquisitez que se requiere”, señaló González, el reconocido especialista que encabezó la búsqueda e identificación de los restos del comandante Ernesto “Che” Guevara, muerto en Bolivia.
Los cuerpos de dos víctimas ya arribaron a Holguín para su sepelio, informó el domingo el portal oficial Cubadebate.
Se trata de la instructora de arte Suyen Lizandra Figueredo y su hija Alexa, indicó el sitio web, sin especificar las edades. Vivían en la localidad de Gibara, donde se realizará el funeral.
El vuelo de la aerolínea Cubana de Aviación se efectuaba en un Boeing 737 rentado a una compañía mexicana. Se dirigía de La Habana a la ciudad oriental de Holguín, a unos 700 kilómetros, cuando se precipitó el viernes al mediodía y se incendió al estrellarse, convirtiéndose en un montón de hierros retorcidos calcinados.
En la nave viajaban 107 pasajeros, en su mayoría cubanos, así como cinco extranjeros. El avión estaba tripulado además por seis mexicanos, cuyos familiares ya llegaron a Cuba el sábado en la noche y entregaron material a las autoridades para contribuir a la identificación.
Las tres mujeres cubanas que sobrevivieron fueron atendidas inmediatamente por un equipo de médicos, pero su estado es crítico.
Algunas iglesias evangélicas hicieron ceremonias el domingo con oraciones especiales para los 20 pastores _10 matrimonios_ de la Iglesia del Nazareno de Holguín que regresaban a casa luego de unas jornadas y retiro espiritual en la capital.
“Eran pastores consagrados que durante todo el tiempo en el retiro expresaron su gozo”, recordó el reverendo Pedro Urgelles, el anfitrión de ellos durante su estancia en La Habana en el seminario de la Iglesia del Nazareno. “Nosotros creemos en la vida eterna y ellos se nos adelantaron”.
En el Templo de la Liga Evangélica cubana, el pastor Fernando Rodríguez proyectó en una pared imágenes a sus feligreses de las fotos de algunos de los pastores muertos, que fueron tomadas durante el encuentro matrimonial, y de ellos con hijos.
Rodríguez oró por los religiosos fallecidos y sus seres queridos, sobre todo por los niños y adolescentes que quedaron huérfanos.
“Aunque no podamos comprender por qué pasó, el creyente sabe que el Señor es soberano”, dijo el reverendo Rodríguez ante los feligreses que daban voces de aleluya.
Cuba decretó dos días de luto por el accidente aéreo, cuyas causas se investigan todavía.