Una poderosa tormenta de arena y lluvia azotó partes del norte y el oeste de la India la noche del miércoles y madrugada del jueves, derrumbando casas, desarraigando árboles y dejando al menos 116 muertos y más de 150 heridos.
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El comisionado de Emergencias del estado de Uttar Pradesh, Sanjay Kumar, apuntó que la destrucción fue especialmente grave en Agra, distrito en el cual se encuentra el famoso Taj Mahal, y Rajastán, donde las rachas de viento alcanzaron los 130 kilómetros por hora.
Las tormentas echaron abajo frágiles viviendas de barro, matando a la gente mientras dormía. El viento arrancó los árboles de raíz, derrumbó los muros de las casas y derribó los postes de electricidad.
A última hora del miércoles, un velo blanco envolvió la capital, Nueva Delhi, dificultando la visibilidad antes de dar paso a fuertes vientos.
Las autoridades advirtieron de que el balance fatal podría agravarse dado que los socorristas seguían buscando sobrevivientes bajo los escombros.
"No he visto una tormenta tan devastadora desde hace al menos 25 años. Todo el mundo tenía miedo y buscaba donde refugiarse cuando los árboles y las casas salieron volando. Fue una pesadilla", explicó Shivam Lohia, propietario de un hotel en Alwar.
"Triste por las vidas perdidas debido a las tormentas de arena en varios lugares de India. Condolencias para las familias en duelo", tuiteó por su parte la oficina del primer ministro, Narendra Modi.
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Pero el peligro no ha terminado. Servicios meteorológicos advirtieron de que pueden registrarse nuevas tormentas durante las próximas 48 horas, hasta el sábado. Por consiguiente, las autoridades llamaron a los habitantes a permanecer alertas.
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*Con información de AFP y AP