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Izquierdas enfrentan desafíos en América Latina al conmemorar el 1° de mayo

Los manifestantes ondeaban banderas de Venezuela y pancartas pidiendo la libertad del expresidente de Brasil Luis Inácio Lula da Silva.

En un momento de cambio generacional en el poder millares de personas marcharon este 1 de mayo en Cuba para apoyar al nuevo presidente Miguel Díaz-Canel, mientras en Brasil una manifestación respaldó al apresado Lula y en Caracas otra al muy cuestionado Nicolás Maduro.

Cerca de un millón de cubanos se reunió en la Plaza de la Revolución en su primer Día del Trabajo de la era post Castro.

Vistiendo camisa blanca y gorra de béisbol de la selección cubana, Díaz-Canel, quien  asumió el poder el 19 de abril pasado, arribó acompañado de su predecesor Raúl Castro a una abarrotada plaza en la que su foto emergía entre miles de pancartas con imágenes de Fidel Castro y de su hermano.

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En el desfile, el secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC, única), Ulises Guilarte, expresó su respaldo "a la continuidad de nuestra revolución, en el estado y el gobierno, presidido por el compañero Díaz-Canel".

Los manifestantes ondeaban banderas de Venezuela y pancartas pidiendo la libertad del expresidente de Brasil Luis Inácio Lula da Silva.

Primer Día del Trabajo sin Lula en 50 años

Mientras que en el sur de Brasil, muy cerca de la cárcel de Curitiba donde Lula cumple una pena de 12 años por corrupción, unos 2.000 miembros de sindicatos y movimientos de izquierda se manifestaron coincidiendo con el Día internacional del Trabajo.

"Este es el primer 1 de mayo de los últimos 50 años en que Lula no está presente. Esto no es cualquier cosa", dijo ante la multitud el diputado federal Paulo Pimenta, del Partido de los Trabajadores (PT) del exmandatario.

Los simpatizantes de Lula se desplazaron desde varias partes del país hasta la capital de Paraná para pedir la liberad del expresidente. Muchos de los presentes vestían el rojo del PT y buena parte formaban parte del "campamento de vigila", establecido para apoyar a su líder en las cercanías de la prisión.

La depuesta expresidenta Dilma Rousseff (2011-2016), tuiteo por su parte una carta del exmandatario dirigida a sus seguidores.

"Tengo 50 años de militancia política y nunca vi nada semejante a lo que está ocurriendo en Brasil desde que reconstruimos la democracia" tras la dictadura militar (1964-1985), manifestó el expresidente.

Pese a estar preso Lula, de 72 años, sigue encabezando las encuestas para las elecciones presidenciales de octubre.

"Ganchos a las mafias económicas"

En Caracas el presidente venezolano Nicolás Maduro pidió el voto para un nuevo mandato y ofreció acabar con lo que llamó "las mafias económicas".

"¡Denme 10 millones de votos y yo le pongo los ganchos a las mafias económicas!", clamó este martes Maduro, candidato a la reelección en los cuestionados comicios del 20 de mayo, ante miles de partidarios que llegaron al palacio de Miraflores con pancartas en respaldo al gobernante socialista y su fallecido antecesor, Hugo Chávez.

La oposición también organizó actos por el Día del Trabajador, aunque con tímidas convocatorias. Un centenar de personas se concentró en el este de Caracas en respuesta al llamado de la coalición Frente Amplio, que intenta sin éxito reactivar las masivas protestas de 2017.

Los principales partidos opositores apuestan a la abstención, negándose a presentar candidatos en unas elecciones que denuncian como "fraudulentas", aunque Henri Falcón, adversario de Maduro, decidió postularse.

Muchos simpatizantes del gobierno se unieron a la marcha de apoyo a Maduro aunque no dejaron de lamentar la situación económica. "El dinero no alcanza para nada", dijo Carlos Sánchez, un mensajero de 34 años, mientras caminaba por una céntrica avenida de Caracas con su pequeño hijo de la mano.

Carlos cree que el nuevo aumento salarial anunciado por Maduro con motivo del Día del Trabajo, que llevó el ingreso mínimo mensual a 2,5 millones de bolívares (poco más de 3 dólares en el mercado negro), será diluido rápidamente por la hiperinflación que vive el país, estimada por el FMI en 13.800% para 2018.

Pero exculpa a Maduro y le pide que "dé un golpe a la guerra económica", según dijo a la AFP.

Maduro dice ser víctima de una "guerra económica",  por parte de empresarios "de derecha.

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