El "burro apache" desfiló con un tocado de plumas y no paró de recibir aplausos y vítores en el concurso para encontrar al mejor disfrazado de su especie en Otumba, un suburbio cercano a Ciudad de México.
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Fue parte de la "Feria Nacional del Burro", que se celebra cada año y que reúne a cerca de 7.000 personas para reivindicar a este animal de carga y protegerlo de la extinción, pues los organizadores aseguran que un rastro cercano está acabando con la especie.
"Hay un rastro cerca de Otumba que se usa para sacrificar al burro y es lo que está acabando con esta especie tan buena y tan servicial", dice a la AFP Ignacio Moreno, director de educación de Otumba.
Por ello, las personas no dudan en acudir a la feria y utilizar unas orejas de burro falsas como si fueran las de Mickey Mouse o comprar algún llavero o una escultura pequeña de un burro.
Todos están a la expectativa del desfile de burros.
Junto con "burro apache" y arrancando risas y aplausos desfiló el "burro homer", un burro que escondía su mirada anodina bajo un disfraz casero de Homero Simpson y "Payasín", otro burro disfrazado de payaso de circo que casi se pierde debajo de una peluca colorida.
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Adelante de ellos desfiló el "burro huachicolero", un burro que cargaba bidones de gasolina y hacía eco del severo problema de robo de gasolina en el país, un fenómeno que se conoce como huachicol. Detrás de los bidones cargaba la leyenda "gasolina barata".
"Es lo máximo, cada año esperamos esto", dice a la AFP Ramón Valeriano, de 52 años, quien ganó el primer lugar con el "burro apache".
La feria, que se celebra desde hace más de 50 años, busca reinvidicar al burro, que en muchas ocasiones es visto en el país de forma despectiva y es visto como un animal tonto.
Una vez que termina el desfile, la gente espera la carrera de burros, en la que en menos de un minuto, se elige al burro más veloz de Otumba.
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