Amatitlán sigue siendo un destino para turistear por los espacios que tiene para compartir con la naturaleza.
Te presentamos cinco lugares imperdibles de Amatitlán, que en mayo está de fiesta por su Feria de la Cruz.
1. El lago de Amatitlán, dador de vida
Pese al impacto de la contaminación, ese cuerpo de agua aún es el hogar de diferentes especies y el lugar de trabajo de lancheros, pescadores y vendedores.
2. Puente La Gloria
En ese lugar ocurrió una balacera en 1949 en la que murió Francisco Javier Arana, militar que integró el triunvirato de la junta revolucionaria de 1944.
3. Parque Naciones Unidas
Es administrado por la organización Defensores de la Naturaleza. Tiene senderos, churrasqueras, un mirador desde donde se puede observar el lago y el pueblo, así como la réplica de fachadas y monumentos de La Antigua Guatemala como, por ejemplo, la fuente de Las Sirenas.
En el parque Naciones Unidas también hay réplicas de sitios arqueológicos como Tikal.
4. Templo dominico: Historia y fe
Los dominicos tuvieron un convento en Amatitlán. Lo que ha perdurado es el templo.
5. Un parque único
Lugar de reunión. El parque central es un espacio en el que los vecinos se encuentran para saludarse y conversar. El quiosco sirve como escenario de actividades culturales.
No te pierdas la Feria de la Cruz
Del domingo 29 de abril al domingo 6 de mayo, vive los colores y la tradición de la feria, donde encontrarás:
Elotes locos: tienes que probarlos
Permanecen sumergidos hasta que el agua hierve. Cuando los granos están blandos, se les saca del perol para que se enfríen. Al llegar el cliente se le pregunta: “¿Con qué lo quiere?” Las opciones son kétchup, mayonesa, crema, mostaza y queso seco. Para algunos es costumbre comerlos en la feria, otros apenas experimentarán la mezcla de sabores por primera vez. De la combinación inusual de sabores surge su nombre.
La eterna rueda de Chicago
En algunos países la conocen como la rueda de la fortuna y en otros como la noria. En las ferias de Guatemala es uno de los juegos mecánicos más solicitados. Una de las que está en la feria de Amatitlán tiene 40 años de provocar emociones, según Daniel Fuentes del Parque Rodante Juegos Mecánicos.
El momento más esperado por quien paga Q10 es cuando se está a 25 metros de altura. Algunos aprovechan el viaje para atreverse a tomar la mano de su acompañante o robarle un beso. Como la vida, la rueda de Chicago no para de dar vueltas.
¿Te animas a un partido de futillo?
En la mesa, las reglas son claras. Puede ser uno contra uno o en parejas. Los expertos exigen que no se haga reguilete. Cuando la pelota cae a la mesa, después de ser lanzada al aire, comienza el juego. El movimiento es con las muñecas. Con una mano se ataca y con la otra se defiende. A cada instante chocan la madera, el metal y el plástico, hasta que se llega al ansiado gol; todo por Q1.
Dulces típicos, una caricia al paladar
Cocadas, pepitoria, mazapán, chancaca y canillitas de leche son algunos de los dulces más representativos de las ventas multicolor en Amatitlán. El precio depende del tamaño de la porción. Los hay cortados con forma de rombo y de rectángulo. También están los esféricos alborotos. Elaborados de manera artesanal por generaciones, estos productos entran por la vista, pero el sentido que más los disfruta es el gusto.
¡Lotería! El que se duerme, pierde
Cuando las bancas se llenan y las personas tienen en sus manos los cartones y granos de maíz, la tómbola comienza a girar. El encargado de cantar la lotería saca una a una las balotas haciendo versos con cada figura. “La araña, el arpa, la sandía” es lo que se escucha. Los jugadores marcan con un grano cada figura. De repente, alguien rompe la concentración con el grito: “¡Lotería!”