A primera hora de la mañana, una treintena de miembros del Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST) y del Frente Pueblo Sin Miedo entraron en el edificio en Guarujá, donde está ubicado el apartamento tríplex, y colgaron pancartas en el balcón contra el encarcelamiento de Lula da Silva bajo acusaciones de corrupción y lavado de dinero.
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"¡No habrá acuerdo. O sueltan a Lula o no va a haber sosiego!", gritaban los militantes.
"Esto es una denuncia de la farsa judicial que llevó Lula a la prisión (…) Si el apartamento es de Lula, el pueblo fue invitado y puede quedarse ahí. Si no es de Lula, el (poder) judicial tendrá que explicar por qué lo detuvieron por culpa de ese tríplex", argumentó el coordinador del MTST y precandidato presidencial, Guilherme Boulos, en Twitter.
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Un par de horas después, los militantes abandonaron el apartamento al ser amenazados con ser detenidos por la policía.
#Brasil: Movimiento de Trabajadores sin Techo y Frente Pueblo Sin Miedo ocuparon apartamento que supuestamente es de @LulapeloBrasil.
— Telesur Brasilia (@TelesurBrasilia) April 16, 2018
"Si es de Lula es nuestro. Y si no es, por qué está preso?", dice un cartel colgado en el balcón.
📸 @MidiaNINJA#LulaLivre #LulaValeALuta pic.twitter.com/rDAki6QyKa
La senadora Gleisi Hoffmann, presidenta del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), cofundado por Lula, dijo que la invasión fue "un gesto político para cuestionar la tesis del juez Sergio Moro de que el apartamento es de Lula".
Moro, un símbolo de la lucha contra la corrupción para muchos brasileños y un blanco frecuente de los ataques de los defensores del exmandatario, es el magistrado de primera instancia que lo condenó.
Expectativas y temores
Lula, líder de la izquierda y favorito para las elecciones presidenciales de octubre, está preso desde el pasado 7 de abril en una sede policial en Curitiba, acusado de haber recibido el apartamento de parte de la constructora OAS, involucrada en el megaescándalo de sobornos a políticos de Petrobras.
El expresidente, imputado en otros seis casos, niega que el complejo sea suyo y considera su condena "sin pruebas" como parte de un complot de las élites para que no pueda volver al poder.
Su defensa apuesta a que el exmandatario pueda salir a la brevedad de la prisión gracias a varios recursos judiciales, con buena parte de las esperanzas puestas en una decisión que la Corte Suprema podría tomar esta semana.
Hoffmann dijo que las expectativas son moderadas, ya que el proceso en el Superior Tribunal Federal (STF) para discutir la constitucionalidad del encarcelamiento de condenados en segunda instancia, como Lula, podría ser obstaculizado.
La senadora también dijo que no ha visto a Lula desde su detención, pero que ha intercambiado mensajes con él a través de sus abogados.