Peter Robson estaba acompañado de su familia pasando sus últimos momentos en el Dundee's Ninewells Hospital cuando las enfermeras se acercaron a él.
Las profesionales lo miraron y sabiendo su condición le ofrecieron que le podían cumplir su último deseo. El hombre no lo pensó dos veces, y casi de inmediato pidió ver y acariciar a su perro una vez más.
Las enfermeras se dedicaron a preparar a Shep, el perro, para que pasara los “estrictos controles de infección” del centro asistencial, indica "Mirror".
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Peter casi no lo podía creer e incluso se saca la mascarilla de oxígeno para besar y acariciar a su mascota, en un momento en que la emoción embargó a todos en la habitación del hospital.
Ashley Stevens, nieta de Peter, no pudo evitar compartir las imágenes por Facebook, para mostrar un gran recuerdo de su abuelo solo horas antes de que falleciera y también lo aprovechó para agradecer a las enfermeras, especialmente a la Cheryl Whyte, la encargada del pabellón 3 por haber realizado su último sueño.
“Eres un ángel absoluto y todos estamos eternamente agradecidos”, escribió la nieta, que agregó que ellas no sabían bien lo que eso había significado para su abuelo.
Ashley dijo que había compartido el momento porque quería que todo el mundo supiera de las “increíbles enfermeras y personal tienen en ese hospital”.
Robson le dio un beso a Shep con mucho esfuerzo y cuando su pedido se concretó pudo descansar en paz.