Apoyada de su bordón, varios rosarios, sus llaves y su respectiva cartulina, que indicaba el turno 5, doña Lidia Molina acompaña a la Santísima Virgen de Dolores del Beaterio de Belén, quien salió en solemne procesión con la Consagrada Imagen de Jesús de la Indulgencia.
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Los problemas en su columna no han sido impedimento para acompañar a la dolorosa betlemita, más bien, comenta que eso la hace sentirse bien durante el recorrido ya que la Semana Santa para ella representa tristeza por el sufrimiento de Jesús en la cruz, precisamente el motivo de la época cuaresmal, Semana Mayor y Triduo Pascual.
Antes de padecer de la columna afirma que cargaba las profesiones de San José, Santa Teresa, La Parroquia, Beatas de Belén, La Merced y Candelaria pero ahora solamente compra los turnos para encenderle una veladora a la Virgen.
Vestida de riguroso blanco y con madrileña del mismo color, doña Lidia recorrió varias calles y avenidas justamente a la par de las andas que portaban a la imagen de la dolorosa.
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