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Cambridge Analytica se pronuncia tras escándalo en Facebook

La empresa británica desmintió haber recuperado datos de millones de usuarios de Facebook para influenciar el voto en las elecciones que llevaron a Donald Trump a la Casa Blanca.

A través de un comunicado difundido este lunes, la empresa Cambridge Analytica negó "enérgicamente" las acusaciones en su contra, luego del escándalo surgido por una investigación hecha por The New York Times y The Observer que revela que la compañía británica habría recuperado, sin consentimiento de los afectados, datos de unos 50 millones de usuarios de Facebook, con el objeto de crear un software destinado a influenciar el voto en las elecciones de 2016 en Estados Unidos.

"Los datos de Facebook no fueron utilizados por Cambridge Analytica en el marco de los servicios suministrados a la campaña presidencial de Donald Trump" y "ninguna publicidad dirigida" fue realizada "para ese cliente", dijo la compañía británica este lunes.

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Filial estadounidense de la empresa de marketing SCL, Cambridge Analytica es conocida por su relación con el entorno de Trump y por haber suministrado soluciones de colecta de datos y de identificación de público objetivo durante la campaña del grupo Leave.

La compañía fue financiada por el estadounidense Robert Mercer, empresario que figura entre los principales donantes del Partido Republicano.

Facebook, por su parte, anunció recientemente que "suspendió" la cuenta de Cambridge Analytica, así como las de su organización matriz, Strategic Communication Laboratories, y la del psicólogo de la Universidad de Cambridge, Aleksandar Kogan. También fue inhabilitada la cuenta de Christopher Wylie, director de la empresa Eunoia Techologies.

De acuerdo con The New York Times, todavía existen copias de los datos obtenidos por Cambridge Analytica.

¿Cómo entender el escándalo?

Según un análisis realizado por Publimetro, la manipulación hecha por Cambridge Analytica funcionaba usando Facebook como su base de recolección de datos. Analizaba los mensajes más aparentemente triviales y desechables (los "likes") para recopilar información personal sensible sobre género, raza, orientación sexual e incluso inteligencia y traumas infantiles.

El académico Aleksandr Kogan fue quien desarrolló una aplicación que presentaba un cuestionario de personalidad y Cambridge Analytica pagó para que la gente lo tomara, anunciando en plataformas como Amazon Mechanical Turk.

La aplicación tomó los resultados de cada prueba, recopiló datos de las cuentas de Facebook de los usuarios y extrajo los datos de sus contactos. Luego se combinaron con los datos de cada encuestador para buscar patrones y construir un algoritmo para predecir los resultados para otros usuarios de esa red social.

El psicólogo ruso sostiene que todo lo que hizo fue legal y dice que tuvo una "relación de trabajo cercana" con Facebook, que le había otorgado permiso para sus aplicaciones. Ese permiso, sin embargo, tenía fines meramente académicos y no comerciales.

Facebook argumentó que no era "violación de datos" porque los usuarios consentían esta entrega de información.

Otro actor clave

El otro personaje clave destapado por la investigación fue Wylie, un canadiense de 28 años que estudió Derecho en la London School of Economics y trabajó con Steve Bannon, estratega jefe de la Casa Blanca y consejero del presidente Trump hasta agosto de 2017.

Su papel es quizás uno de los más importantes: fue el cerebro tras la creación de este método de recopilación de datos vía Facebook.

Según Carol Cadwalladr, la periodista galesa encargada de destapar el caso, Wylie "ideó un plan para cosechar los perfiles de Facebook de millones de personas en Estados Unidos, para usar su información privada y personal y crear perfiles psicológicos y políticos sofisticados, y luego trabajar sobre esto con anuncios políticos diseñados para actuar en la particular composición psicológica del votante".

Wylie luego se especializó en ser un vaticinador de tendencias de moda y utilizó esos parámetros para adentrarse en los gustos y en la psicología de los electores.

Él creía que "para cambiar la política era necesario cambiar la cultura, y las tendencias de la moda son un acercamiento útil para eso", señala Publimetro.

Eso llevó a Bannon a presentarlo con Mercer, quien también estaba desarrollando pruebas de datos para llegar a algoritmos que le dieran respuestas de tendencias de votaciones políticas.

Wylie necesitaba ese tipo de datos "triviales" para hacer los análisis que quería, lo que condujo a Mercer a financiar a Cambridge Analytica a través de las apps creadas por el profesor Kogan en Facebook, por medio de la empresa Global Science Research.

Wylie, además manifestó, tener recibos que muestran que Cambridge Analytica gastó 7 millones de dólares para acumular estos datos.

Por ahora esto parece ser la punta del iceberg de una investigación que seguirá dando de qué hablar.

 

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