En un escrito publicado en Vanity Fair, Monica Lewinsky, ahora de 44 años, confesó que ha sido “públicamente aislada y marginada” desde el escándalo con el expresidente Bill Clinton.
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“Hay muchos más hombres y mujeres con opiniones e historias que necesitan ser escuchadas antes que la mía. (Incluso hay algunas personas que creen que mis experiencias en la Casa Blanca no tienen cabida en este movimiento, debido a que lo que pasó entre Bill Clinton y yo no fue violencia sexual, aunque ahora reconocemos que constituyó un flagrante abuso de poder)”, escribió la expasante de la Casa Blanca.
Lewinsky también dijo que recientemente rompió en llanto cuando una dirigente del movimiento “#MeToo”, que ha revelado abusos sexuales por hombres poderosos en el mundo del espectáculo, la política y los medios de comunicación, le dijo: “Siento mucho que estuvieras tan sola”.
“Esas palabras me deshicieron", escribió Lewinsky. “Me sentaron de una manera que me sacudieron y me hicieron llorar”.
“Que cometí errores, todos podemos estar de acuerdo (…) Pero nadar en ese mar de soledad fue aterrador”.
Lewinsky reveló, además, que le han diagnosticado estrés postraumático por haber sido “públicamente aislada y marginada” y elogió al movimiento “#MeToo” por ofrecer “la seguridad que deriva de la solidaridad”.
“A los 44 años estoy comenzando (solo comenzando) a considerar las implicaciones de la diferencia de poder tan inmensa entre un presidente y una pasante de la Casa Blanca (…) Estoy comenzando a considerar la noción de que, bajo tales circunstancias, la idea de consentimiento bien podría ser irrelevante. (Aunque el desequilibrio de poder y la capacidad para abusar de él sí existe, incluso cuando la relación sexual ha sido con consentimiento)”, escribió.
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“Él era mi jefe. Él era el hombre más poderoso del planeta. Él tenía 27 años más que yo, con bastante más experiencia de vida como para ser sensato. Él estaba en ese entonces en el pináculo de su carrera, mientras que para mí, ese era mi primer trabajo después de la universidad”.
“Nada de lo mencionado arriba me libra de mis responsabilidades por lo ocurrido. Todos los días lo lamento”, puntualizó Lewinsky.
Clinton negó inicialmente el amorío pero lo admitió después, en 1998. El presidente demócrata fue absuelto por el Senado.