Jérôme Cahuzac, supuesto heraldo de la lucha contra el fraude fiscal cuando era ministro, renunció al cargo en 2013 tras admitir que tenía cuentas en el extranjero para eludir impuestos.
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De 65 años y cirujano plástico, era considerado uno de los más brillantes ministros del expresidente François Hollande. Fue condenado a tres años de cárcel por un tribunal de París en diciembre de 2016, por "un delito penal de excepcional gravedad, destructor del vínculo social y de la confianza de los ciudadanos en las instituciones del Estado".
Cahuzac recurrió ahora la condena ante el tribunal de apelación de París.
Su exmujer, Patricia Menard, cómplice, fue sentenciada a dos años y no recurrió. En Francia, una condena de dos o menos años puede cumplirse sin ingresar en la cárcel, mediante brazaletes electrónicos u otras limitaciones parciales de libertad.
El caso Cahuzac fue revelado por la web de informaciones Mediapart, que afirmó que el ministro poseía una cuenta secreta en Suiza. Cahuzac negó con firmeza esas acusaciones, ante la prensa y ante el propio Parlamento francés, pero luego confesó en abril de 2013, "consumido por los remordimientos".
Su nuevo juicio en apelación se celebrará hasta el 21 de febrero.
El caso Cahuzac supuso un terremoto en la vida política francesa, en plena presidencia socialista de Hollande, e impulsó la adopción de medidas de transparencia para los responsables políticos y la creación de una fiscalía financiera especial para luchar contra la corrupción.