El avión, un Antonov An-148 de la compañía rusa Saratov Airlines, acababa de despegar rumbo a Orsk, en los Urales, cuando desapareció de los radares. Según las autoridades, se estrelló en el distrito de Ramensky, unos 70 kilómetros al sureste de Moscú.
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La aeronave avión llevaba a bordo 65 pasajeros y 6 miembros de la tripulación.
Fuentes citadas por agencias de prensa rusas apuntaban a una colisión entre el Antonov y un helicóptero del Correo ruso, justo después del despegue, pero esta versión fue desmentida por la propia institución.
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El fuselaje del aparato "está diseminado sobre un kilómetro", precisó a la agencia Interfax un responsable del ministerio de Situaciones de emergencia ruso.
"Más de 150 personas y unos 20 vehículos de socorro han acudido al lugar".
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, informó que el presidente Vladimir Putin ordenó al gobierno crear una comisión especial para investigar la catástrofe aérea.
Testigos en el pueblo de Argunovo relataron que vieron "un avión en llamas cayendo del cielo".
De acuerdo con la fiscalía, el accidente no dejó sobrevivientes.
Fuertes nevadas
La nieve, que volvió a caer este domingo en Moscú y su región, impedía que los vehículos pudieran acercarse al lugar del siniestro, por lo que los socorristas tuvieron que llegar a pie.
Las primeras imágenes difundidas por las televisiones rusas mostraban los restos del avión, con los colores naranja de Saratov Airlines, esparcidos sobre los campos nevados.
"En este momento, los socorristas han llegado al lugar. Hay muchos cuerpos y fragmentos de cuerpos", declaró una fuente a Interfax.
El ministro de transportes ruso, Maxime Sokolov, también acudió al lugar, según la prensa local, que precisa que se ha abierto una investigación.