Una dividida Cámara de Representantes votó el jueves a favor de evitar una parálisis en el gobierno después de que un acuerdo de última hora persuadiera a los conservadores. Sin embargo, la medida redactada por los republicanos enfrenta un panorama adverso en el Senado, y aún no está claro si los legisladores podrán encontrar la forma de mantener en operaciones a las oficinas federales después del plazo del viernes por la noche.
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La cámara baja votó casi en bloques partidistas, 230-197, para aprobar la propuesta, que mantendría en operación a las agencias federales y a miles de empleados hasta el 16 de febrero. La medida está diseñada para darle a la Casa Blanca y a los negociadores en el Congreso más tiempo para pactar en temas migratorios y presupuestarios que han discutido durante meses.
La cámara baja aseguró la aprobación después de que el Caucus Libertad llegó a un acuerdo con el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan. El líder del grupo de extrema derecha, Mark Meadows, dijo que Ryan les prometió votaciones futuras en gastos adicionales de defensa y en una propuesta migratoria conservadora y restrictiva, aunque una fuente familiarizada con la discusión dijo que Ryan no garantizó un voto sobre inmigración.
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Meadows también tuvo una conversación con el presidente Donald Trump.
Se prevé que la mayoría de los senadores demócratas y algunos republicanos se opongan a la medida una vez que llegue a la cámara alta. Los demócratas esperaban estimular las lentas negociaciones en materia migratoria, mientras que un puñado de republicanos, entre los que se encuentra Lindsey Graham, presionan por acciones migratorias más rápidas y un ansiado impulso a los gastos del Pentágono.
Un rechazo en el Senado causaría más incertidumbre a corto plazo con una sola garantía: un intercambio de señalamientos por parte de ambos partidos.