Ataviados con prendas húmedas hasta en el rostro y llenos de entusiasmo, así se inicia el tradicional juego de bolas de fuego, el cual se realiza el 8 de diciembre de cada año.
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Desde las cuatro esquinas que llevan al Parque Central de San Cristóbal, Alta Verapaz, bolas de fuego atraviesan las calles como parte de una tradición que según Cristian Villatoro, vecino del lugar, consiste en lanzar y patear pelotas hechas de lona y alambre galvanizado sumergidas meses antes en gasolina.
La actividad, que dura alrededor de cinco horas, se realiza al terminar la misa de las siete de la noche, donde distintos grupos se reúnen para tomar posición y sentir la adrenalina que lleva el esquivar las bolas de fuego.
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Vecinos de San Cristóbal aseguran que la tradición ha ido cambiando a través de los más de cien años que lleva de realizarse, aunque dicen que existen varias versiones sobre su realización como un seguimiento a la "Quema del Diablo". Otros cuentan que entre sus costumbres, pobladores utilizaban bolas de cuero con resina y las encendían para luego patearlas tres veces para purificar su cuerpo.
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