El empresario conservador Sebastián Piñera, candidato de la agrupación de partidos de derecha ChileVamos, será el próximo presidente de Chile. Después de haber gobernado por primera vez entre el 2010 y el 2013, Piñera se repetirá el plato.
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En las elecciones discursivamente más polarizadas desde el plebiscito de Pinochet en 1988, ha sido la derecha la triunfadora. Estaba en juego la continuidad de las reformas introducidas por Michelle Bachelet, el camino que seguiría Alejandro Guillier, o un giro hacia la derecha con una política más conservadora en lo valórico y más neoliberal en lo económico. Los chilenos eligieron esta última opción.
"Sin duda que el resultado es sorpresivo. Nadie lo esperaba. Ni siquiera las proyecciones de la primera vuelta indicaba esto. Acá hay un triunfo de Sebastián Piñera de una manera incuestionable, sorprendente", dice a Metro el cientista político Fernando García Naddaf.
Guillier no terminó de seducir a la totalidad de ese 20 por ciento del electorado que en primera vuelta, hace un mes, votó por la candidata del Frente Amplio, Beatriz Sánchez. Ni la participación de José Mujica, el ex presidente de Uruguay, en su cierre de campaña, terminó por cautivar los votos que necesitaba. Sí votaron casi 50 mil personas más que en la primera vuelta.
Ya eso de las 7 de la tarde, Piñera alcanzó el 54 por ciento de los votos con la mitad de las mesas revisadas. Y de ahí no se bajó más. A las 19:40, Alejandro Guillier reconoció su derrota."Hemos sufrido una derrota dura. Pero vamos a defender lo que hemos logrado y por lo que hemos trabajado", aseguró el que, desde el 11 de marzo, será uno de los líderes de la oposición.
"Esta es una derrota electora, pero no una derrota política. Me comprometo como senador de la República a seguir trabajando por el progresismo", agregó Guillier.
Después de un mes de campaña polémico, en el que el ganador puso en duda el sistema electoral chileno al denunciar sin pruebas ni investigaciones que hubo votos previamente marcados por Sánchez o Guillier en primera vuelta, Piñera será de nuevo presidente de Chile.
El legado de Bachelet, ¿bajo amenaza?
Lo cierto, en todo caso, es que el futuro gobierno de Piñera no será tan radical. El presidente electo llegó a aceptar que la polémica gratuidad universitaria, el proyecto de Bachelet que beneficia al 60 por ciento de los estudiantes con menos recursos, no se quitará.
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La duda queda con la Ley de Aborto, impulsada por Bachelet este año. La configuración del Congreso chileno, en el que la nueva izquierda logró 21 escaños y la derecha perdió otros tantos, impedirá a Piñera deshacer el camino andado por Bachelet.
"El Frente Amplio va a rempresentar la vanguardia y la defensa de los proyectos que apelan a los derechos, y la oposición a proyectos nuevos que pretendan restringir esos derechos", dice a Metro la cientista político Marisol Aguila.
"En algún momento van a tener que negociar, y en el caso de Piñera, por más que su partido Renovación Nacional sea el más votado, necesariamente va a tener que tranzar para contar con los votos e ir avanzando en su programa de gobierno", agrega.