"Cayó como un mártir defendiendo la República", declaró Faika al Sayed, una miembro del comité central del partido del expresidente Alí Abdalá Saleh, atribuyendo su muerte a los hutíes.
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Saleh, de 75 años, y otros altos responsables del Congreso Popular General (CPG) fueron alcanzados por los disparos de los hutíes cuando abandonaban la capital de Yemen, bajo control de estos rebeldes, para dirigirse a zonas en manos de sus propias fuerzas.
Milicianos hutíes bloquearon un convoy de cuatro vehículos a unos 40 kilómetros al sur de Saná y mataron al exmandatario, así como al secretario general del CPG, Arif Al Zuka, y a su adjunto, Yasir Al Awadi, declaró una fuente militar anónima.
Poco antes, los rebeldes habían anunciado la muerte de Saleh en un comunicado difundido en su cadena de televisión, Al Masirah.
Según el texto, "el ministerio de Interior (controlado por los rebeldes) anuncia el fin de la milicia de la traición y la muerte de su jefe (Alí Abdalá Saleh) y de un número de sus partidarios criminales".
Saleh fue presidente de la República de Yemen desde 1990 hasta 2012. Anteriormente, había presidido la República Árabe de Yemen (Yemen del Norte), desde 1978 y hasta la unificación del país.
En Saná, sin embargo, persistían los intensos combates entre los partidarios de Saleh y los rebeldes hutíes, apoyados por Irán.
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Ambos bandos se aliaron hace tres años para arrebatar el control de la capital al gobierno reconocido internacionalmente. Sin embargo, su alianza saltó en pedazos la semana pasada, en medio de enfrentamientos entre las dos facciones y acusaciones de traición.
Tras la ruptura del acuerdo, Saleh se dijo dispuesto a "pasar página" y a dialogar con los sauditas, sus enemigos en estos últimos años.