La foto del legislador Joe Barton, de 68 años de edad, apareció en una cuenta anónima de Twitter la semana pasada.
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Barton pidió disculpas, pero dio a entender que se podía tratar de un intento de chantaje por parte de una mujer con la que tuvo una relación, y cuyo nombre no ha sido divulgado.
Una semana después, la activista Kelly Canon reveló mensajes enviados vía Facebook Messenger en los que Barton le pregunta sobre su ropa íntima y hace otras insinuaciones eróticas. El legislador, quien ahora es dos veces divorciado, estaba casado con su segunda esposa en el momento de ese intercambio.
Canon, activista del movimiento derechista Tea Party, aseguró que su relación con Barton no pasó de esos mensajes. Dijo que Barton no se disculpó por esos mensajes y ella no le pidió que lo hiciera, pero ella le pidió que renunciara para que nadie lo pueda chantajear en las elecciones legislativas del 2018.
Al anunciar su retiro, Barton no hizo mención alguna de las embarazosas revelaciones.
"Estoy muy orgulloso de mi trayectoria en la vida pública y de los muchos logros que he logrado”, dijo Barton en un comunicado. "Es hora de hacerme a un lado y dejar que se escuchen otras voces”.
Canon dijo que Barton "finalmente entró en razón”. "Siento gran alivio de que no tengo que librar esa batalla", dijo Canon por teléfono. "Hubiera sido un frenesí noticioso y hubiera afectado a muchas otras campañas”.
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Aunque el escaño seguramente quedará en manos republicanas, hace pocos días surgió un contrincante contra Barton que le hubiera podido dar pelea en las primarias de marzo, y bien podrían haber surgido otros. Poco después del anuncio de Barton de que se retiraba, varias figuras republicanas en Texas contemplaron postularse.
En días recientes había aumentado la presión sobre Barton para que renunciara. El líder de los republicanos en su poblado de origen en Texas, Tarrant, le había pedido separarse del cargo y figuras republicanas del senado estatal empezaron a hacerse eco de los pedidos.
