“Como el amigo más antiguo de Zimbabue, haremos lo que podamos para apoyar” la transición, dijo Theresa May, tras conocer la noticia de la renuncia de Robert Mugabe, al frente de Zimbabue durante 37 años.
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La reacción de la primera ministra británica se hizo pública en un comunicado difundido poco después de que se conociera la dimisión del ahora exmandatario africano. Mugabe lideró Zimbabue desde su independencia del Reino Unido, en 1980.
“En días recientes, hemos visto el deseo de elecciones libres y justas del pueblo zimbabuense y la oportunidad de reconstruir la economía del país bajo un gobierno legítimo”, constató May.
La primera ministra concluyó comprometiéndose a “trabajar con nuestros aliados internacionales y regionales para ayudar al país a alcanzar un futuro más brillante que tanto merece”.
Mugabe, el héroe convertido en déspota
Desafiante, Robert Mugabe dijo una vez que iba a gobernar Zimbabue hasta los cien años. Pero acabó renunciando a los 93, tras haber llevado al extremo la caricatura del déspota africano dispuesto a todo para mantenerse en el poder.
Seis días después de una demostración de fuerza del ejército, seguida a los cuatro días por la decisión de su partido de exigirle la renuncia, el jefe de Estado más anciano del planeta terminó enviando este martes su carta de dimisión al Parlamento, que se había reunido para destituirlo.
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Aplaudido en 1980 como héroe de la independencia, Mugabe fue progresivamente abandonado por los fieles de su régimen, epílogo de un gobierno autoritario de 37 años que comportó el hundimiento de su país.