Cuando la princesa Isabel de Inglaterra, de 21 años, contrajo matrimonio con el teniente Felipe Mountbatten, de 26, en la abadía de Westminster en 1947, el enlace provocó alegría y festejos en un país que se recuperaba de la Segunda Guerra Mundial.
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Siete décadas después, la reina Isabel II y el príncipe Felipe, a sus más de 90 años, siguen siendo una pareja fuerte cuyo matrimonio es una piedra angular en la vida pública británica en medio de un mundo de cambio.
El lunes celebrarán su 70 aniversario de bodas, aunque funcionarios dijeron que el evento se celebrará en privado y no hay previstos actos públicos. Se cree que la familia real conmemorará la fecha con una reunión en el castillo de Windsor.
La reina es la primera monarca en la historia del país que celebra sus bodas de platino.
En su 50 aniversario de boda, Isabel II calificó a su esposo como “simplemente (…) mi fortaleza y base todos estos años”.
Isabel conoció a Felipe, oficial de la Marina e hijo del príncipe Andrés de Grecia, en la boda de un primo de Felipe en 1934.
La pareja se casó en la abadía de Westminster de Londres el 20 de noviembre de 1947. Pasaron casi seis años más hasta que Isabel fue coronada reina, también en Westminster.
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En las décadas posteriores, Felipe, que ostenta el título de duque de Edimburgo, pasó casi la totalidad de su matrimonio apoyando a su esposa en su papel de jefa del Estado. En los últimos años, ambos han reducido el número de actos públicos en los que participan y Felipe abandonó su agenda oficial a principios de año.
La pareja tiene cuatro hijos, ocho nietos y cinco bisnietos.