“Tenemos talentos, somos talentosos a los ojos de Dios. Por tanto (…) nadie puede considerarse tan pobre hasta el punto de no poder dar nada a los demás”, declaró el papa Francisco en un misa en la basílica de San Pedro, a la que asistieron unos 7 mil necesitados.
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“No hacer nada malo no basta (…) Dios es un padre en busca de sus hijos a quien confiar sus bienes y sus proyectos”.
Para el pontífice argentino, esta omisión “también es un pecado”.
“Aquí, tiene un nombre preciso: la indiferencia. Es como decir \'esto no me incumbe, no es asunto mío, es culpa de la sociedad\'”.
En los pobres, “en su debilidad hay una fuerza salvadora. Y aunque ante los ojos del mundo tengan poco valor, son ellos los que nos abren el camino del cielo” afirmó.
Posteriormente, el papa Franciscoalmorzó con 1 mil 500 necesitados en una sala del Vaticano, mientras que otros 2 mil 500 serán repartidos en los comedores de las diferentes instituciones pontificias.
Iniciativas análogas se llevan a cabo en todas las diócesis de Italia y del mundo.
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