El papa Francisco ordenó este miércoles que se prohíba la venta de cigarrillos en El Vaticano, una importante fuente de ingresos para las arcas de la ciudad estado.
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“La razón es muy simple: la Santa Sede no puede contribuir a una actividad que afecta claramente la salud de las personas”, precisó en un comunicado el portavoz de la Santa Sede, Greg Burke.
“A pesar de que la venta de cigarrillos a empleados y jubilados a un precio reducido constituye una buena fuente de ingresos para la Santa Sede, ningún beneficio es legítimo si cuesta la vida a la gente”.
La venta será prohibida a partir del 2018 y, por lo tanto, los empleados del Vaticano, cerca de 6 mil personas, no podrán comprar cigarrillos en las tiendas internas que, además, están exentas de impuestos.
Según la Organización Mundial de la Salud, el tabaco es responsable de la muerte de más de 7 millones de personas, recuerda el Vaticano.
El Vaticano promulgó en 2002, antes de Italia, una ley que prohíbe fumar en locales públicos, aunque permitía la venta de paquetes de cigarrillos con descuento en su tienda interna ubicada en la ex estación de trenes del Vaticano.