Carl Sargeant, ministro de la Comunidad y la Infancia en el gobierno regional de Gales, de 49 años, había renunciado a sus funciones el pasado 3 de noviembre, tras verse envuelto en un escándalo de abusos sexuales que ha sacudido a la clase política británica.
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Tras su dimisión, había sido suspendido del Partido Laborista.
Casado y padre de dos hijos, Sargeant se declaró “agotado y conmocionado” por las alegaciones de varias mujeres que lo acusaron de hostigamiento.
En un comunicado, el exministro aseguró que había escrito al secretario general del laborismo en Gales “para pedir una investigación independiente y urgente sobre esas acusaciones” que le permitieran “limpiar su nombre”, tras lo cual esperaba poder volver a reintegrar el gobierno.
Sargeant se quitó la vida tan solo unos días después.
En un mensaje publicado a través de su cuenta de Twitter, Jeremy Corbyn, líder del Partido Laborista, se declaró conmovido por la noticia.
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La familia del exministro, citada por AFP, se declaró igualmente “devastada” ante la muerte de “un marido, un padre y un amigo muy amado”.
Por su parte, el presidente del parlamento galés, Elin Jones, explicó que los legisladores no se reunieron este martes “como muestra de respeto”. El primer ministro regional aseguró que Sargeant era “un amigo y colega” y se declaró “profundamente entristecido” ante su fallecimiento.
Escándalo en Gran Bretaña
Además de Sargeant, el miércoles pasado dimitió el ministro de Defensa, Michael Fallon, acusado de haberle puesto la mano en la rodilla a una periodista en 2002 y de intentar besar a otra un año más tarde.
Otros dos ministros también han sido culpados de acoso: el secretario de Estado de Comercio Internacional, Mark Garnier, y el número dos del gobierno, Damian Green.
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El escándalo provocó, incluso, que la primera ministra Theresa May anunciara nuevas reglas para luchar contra el acoso sexual a partir de 2018.
“Debemos crear una nueva cultura del respeto en el centro de nuestra vida pública”, declaró May el lunes, cuando recibió a los líderes de los partidos políticos nacionales.
El personal que trabaja en el parlamento contará con asistencia personalizada y podrá presentar denuncias mediante una línea telefónica confidencial.
*Con información de AFP
