En conferencia de prensa desde Riad, donde participa en reuniones con responsables del Golfo, el secretario de Estado Rex Tillerson pidió a las "milicias" iraníes que abandonen Irak.
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"Hay milicias iraníes en Irak, ahora que la lucha contra (el grupo yihadista Estado Islámico) está tocando fin, esas milicias tienen que irse a casa", declaró el diplomático estadounidense.
"Todos los combatientes extranjeros tienen que irse a casa".
La visita de Tillerson al Golfo forma parte de los esfuerzos para socavar la influencia de Irán, chiita, en la región, reforzando en cambio el peso de Arabia Saudí en Irak, donde Irán apoya a las milicias chiitas que operan en el norte.
La cercanía con Irán es uno de los principales reproches de Arabia Saudí, Baréin, Emiratos Árabes Unidos y Egipto a su vecino Catar.
El 5 de junio, dos semanas después de una visita del presidente Donald Trump a Riad, estos cuatro países árabes rompieron relaciones diplomáticas con Catar, a quién también acusan de apoyar el "terrorismo", y le impusieron un bloqueo económico.
Catar rechaza estas acusaciones y denuncia un intento de "tutelar" su política extranjera.
Desde entonces, esta crisis de una gravedad sin precedentes para el Golfo, está bloqueada a pesar de un intento de mediación de Kuwait y del optimismo de Trump, que hace un mes predecía una salida positiva.