“Hoy, las últimas reservas de armas químicas del arsenal ruso van a ser destruidas”, declaró el presidente Vladimir Putin, citado por las agencias de prensa locales.
El mandatario ruso agregó, sin embargo, que Estados Unidos “desafortunadamente no cumple con sus obligaciones” en la materia.
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Putin habló por videoconferencia con los responsables de la destrucción de las últimas reservas, situadas en Kizner, en la región del Volga.
La destrucción abarca 39 mil 967 toneladas de armamento químico, según la agencia de prensa Interfax.
La Organización Internacional para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAC) calificó de “etapa importante” la decisión rusa.
Rusia y Estados Unidos, que acumularon enormes reservas de armas químicas durante la Guerra Fría, se habían comprometido a destruirlas antes de abril de 2012, al término de la Convención de 1997 sobre la prohibición de las armas químicas, antes de anunciar que no podrían respetar el calendario fijado.
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Sin embargo ambos países dijeron luego que necesitaban más tiempo. Rusia concluye el proceso ahora, mientras Estados Unidos se fijó como nuevo plazo el año 2023.
Cerca de 200 países adoptaron la Convención de 1997, que prohíbe la producción, el almacenamiento y el uso de armas químicas.
La cuestión de las armas químicas volvió a cobrar relevancia después de que los países occidentales acusaran al régimen sirio de utilizar gas sarín durante un bombardeo contra la localidad de Jan Sheijun en julio, en el que murieron 87 personas.