El 17 de agosto Joel Colindres debe abordar un avión en Estados Unidos y regresar a Guatemala. Autoridades de inmigración le enviaron a finales de junio una carta indicándole que tiene hasta esa fecha para abandonar esa nación, a la que llegó hace 13 años.
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¿La razón? Haber faltado a una cita con autoridades de inmigración en 2004 en Texas.
“Ellos me dijeron que me iban a enviar la notificación para que no me trasladara hasta Texas y fuera a otra corte. Nunca me llegó porque mi nombre y la dirección de mi residencia estaban incorrectos”, le ha asegurado Colindres a medios estadounidenses.
“Joel Colindres no es violento y definitivamente no es un criminal, no tiene antecedentes”, afirman sus abogados.
No quieren separarse
En 2010 el connacional se casó con Samantha, una ciudadana estadounidense. Hoy son pares de Lila, de 2 años, y Preston, de 6. Viven en New Fairfield, Connecticut. “No voy a dejar a mis hijos abandonados solo por así, no soy un mal padre”, asegura.
“Solo de pensar cómo les voy a explicar a mis hijos lo qué está ocurriendo…creo que les diré que su padre debe regresar por otro trabajo. Quiero decirle al mundo que es un buen padre, paga sus impuestos, nunca ha hecho el mal”, relata la esposa, con la voz entrecortada.
No fue detenido, pero sí es monitoreado
“Hace unas semanas, las autoridades de inmigración adjuntaron un brazalete de monitorización al tobillo de Joel y le dijeron que debía regresa con ellos durante los próximos días para mostrar que tenía un boleto de ida para regresar a Guatemala”, asegura la familia.
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“Es inhumano lo que está pasando, y sé que no es un caso aislado”, finalizó el abogado Lorenzo Delgado.
Apoyo
#SaveJoelColindres es el hashtag que su familia ha utilizado en las redes sociales para apoyarlo. También se ha creado el perfil de Facebook Save Joel Colindrés en donde se informan actividades para recaudar fondos, las manifestaciones que realizan y lo que está sucediendo en su caso.
Cómo llegó a Estados Unidos
Luego de conocer su situación, varios medios de comunicación lo han entrevistado y han publicado su historia,
“Comenzó su viaje a los Estados Unidos con otras ocho personas. Le llevó cerca de 16 días llegar a la frontera estadounidense, viajando principalmente en automóvil. Cuando llegó a Texas, fue separado de sus compañeros, algunos de los cuales fueron detenidos por el ICE. Él fue a una comisaría cercana voluntariamente y ICE fue notificado. Después de varias horas Colindres fue permitido entrar al país provisionalmente y puesto en libertad. Tomó un autobús a Nueva York, donde vivía su hermano”, consigna una publicación de un semanario hispano llamado “El Sol”.