El 'Razanandrongobe sakalavae', un antepasado del cocodrilo que habitó el territorio de Madagascar hace unos 170 millones de años, fue uno de los depredadores más temidos del Jurásico, según un estudio publicado en la revista PeerJ.
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Se trataba de una criatura de aproximadamente siete metros de largo y cuyo peso podía alcanzar hasta una tonelada. Pariente de los cocodrilos modernos, este se diferenciaba por poseer dientes serrados que le permitían triturar con facilidad los tejidos duros como huesos y tendones.
Estas temibles características, sumadas a su poderosa musculatura y a sus piernas erguidas, convirtieron al animal (apodado como 'razana') en uno de los mayores depredadores terrestres de su era.
Cristiano Dal Sasso, paleontólogo del Museo de Historia Natural de Milán, en Italia, y coautor de la investigación, asegura que el razanandrongobe sakalavae es el representante más antiguo del suborden de los notosuquios, y que era capaz de desafiar a un terópodo ya que "era un quebrantahuesos".
Los investigadores agregan que el hallazgo de nuevos fósiles de cráneo han permitido los paleontólogos identificarlo como pariente del cocodrilo. Hasta el momento solo se habían encontrado algunos dientes aislados y un fragmento de hueso, señala el sitio RT.