Durante una larga y tensa comparecencia voluntaria ante el Congreso, el vicepresidente Jorge Glas afirmó que "no tiene nada qué ocultar".
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"No tengo nada que ocultar. Mis manos están limpias", dijo Glas en la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional, a la que acudió un numeroso público oficialista.
Asambleístas de oposición pretenden llevar a juicio político al reelegido vicepresidente socialista, quien estuvo a cargo de los sectores estratégicos en su anterior mandato, por considerar que tuvo responsabilidad política en casos de corrupción durante la ejecución de obras, varias de ellas de la constructora brasileña.
"No hay una sola prueba en mi contra de absolutamente nada (…). Mi patrimonio es donde vivo, la camioneta que manejo. Vivo de mi salario y el de mi esposa", expresó Glas, vicepresidente desde 2013 y servidor público desde 2007.
Foto: AFP
Durante su intervención de tres horas, interrumpida con frecuencia por los aplausos de sus partidarios y los reclamos de los opositores, presentó la lista de las construcciones ejecutadas por la compañía brasileña (en Ecuador desde 1987), pidió que se investigue "todo y a todos" en los últimos 40 años y advirtió que tomará acciones legales para defender su "honra".
"Nadie le ha ofrecido plata a Glas y si lo hubiera hecho estaría preso", exclamó el vicepresidente, que tildó a Odebrecht de "mafia organizada".
En el turno de preguntas, varios diputados opositores le cuestionaron a Glas sobre la relación con su tío Ricardo Rivera, uno de los ocho detenidos con prisión preventiva mientras avanzan las investigaciones por el caso Odebrecht en Ecuador.
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"Si yo conocía que Ricardo Rivera se tomaba mi nombre (para acordar contratos aprovechándose de su parentesco), absolutamente no", respondió.
También está detenido el exministro de Electricidad Alecksey Mosquera y las autoridades han efectuado un total de 18 allanamientos.