Una forma de enseñar y educar es con la experiencia vivencial. Ver y escuchar la manera en que una persona es señalada y acusada de integrar una estructura criminal, exigir miles de quetzales y hasta involucrarse en algún asesinato ha sido la manera “perfecta” para que un grupo de adolescentes que cursan el diversificado aprendan “a toda costa” que jamás deben unirse a una pandilla.
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“Porque usted Alejandro Castro García está involucrado en una estructura de pandillas…”, acusaba el fiscal Carlos Medina.
Era el comienzo de un juicio por extorsión. Los estudiantes que se habían acomodado en la sala de audiencia lucieron atentos a lo que pasaba.
El sindicado Castro García fue señalado de obstrucción evasiva. Utilizó una de sus cuentas bancarias para recibir miles de quetzales como depósitos de una empresa de transporte que era amenazada por la “Mara Salvatrucha”. Eran los pagos de extorsión semanales para evitar los asesinatos de choferes.
Kenneth Monzón
Vienen de Mixco y Villa Nueva
Los estudiantes del Programa de Escuelas para la paz American Friends Service Committee de Mixco y de la colonia El Mezquital, en Villa Nueva con su uniforme rojo y blanco escucharon la primera audiencia del debate en contra de Castro García.
“Es una forma muy clara y directa de jamás unirse a una pandilla. Estas son las consecuencias si lo hacen. Tarde o temprano serán detenidos y enjuiciados”, explicó uno de los profesores.
Uno de los adolescentes mencionó estar “sorprendido” por las grabaciones. “Se escuchó que le piden dinero cuando hablaba por celular y que el dinero ya estaba en el banco”, explicó.
Como éstos jóvenes cada mes decenas de estudiantes visitan la Torre de Tribunales. La Unidad de educación del Organismo Judicial apoya a los establecimientos para esta lección de vida.
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