Los coptos han sido víctimas de varios atentados estos últimos meses, los dos últimos de los cuales dejaron 45 muertos en dos iglesias del norte del país, el 9 de abril, en plena de la celebración de Domingo de Ramos. Igualmente, veintinueve cristianos murieron en diciembre en una iglesia copta de El Cairo.
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Un 10% de los 92 millones de egipcios pertenecen a la comunidad copta en un país de inmensa mayoría musulmana sunita.
Los coptos se remontan a los albores del cristianismo, a la época en que Egipto formaba parte del imperio romano y después, del bizantino, tras la desaparición de la última dinastía faraónica de los Ptolomeos, de origen griego. La palabra "copto" tiene, además, la misma raíz que el término "egipcio" en griego antiguo.
Su decadencia empieza con las invasiones árabes del siglo VII y la progresiva islamización del país.
Los coptos están presentes en todo el país, con concentraciones más fuertes en el Medio Egipto. Se los encuentra igualmente en todas las categorías sociales, desde los barrenderos de El Cairo a las grandes familias patricias, como los Butros-Ghali.
Escasamente representados en el gobierno, los coptos se consideran marginados en numerosos puestos de la justicia, de las universidades o de la policía.
También se quejan de una legislación muy restrictiva en lo relativo a la construcción de iglesias, mientras que el régimen para las mezquitas es muy liberal.
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El ascenso de un islam rigorista agrava el sentimiento de marginación de los coptos, sobre todo desde la caída del presidente Hosni Mubarak el 11 de febrero de 2011.
El 8 de marzo de 2011, 13 personas murieron en enfrentamientos entre musulmanes y coptos en el barrio de Moqattam de El Cairo.
Dos meses después, los choques entre musulmanes y coptos dejaron 15 muertos y más de 200 heridos en el barrio de Imbaba, también en la capital, donde una iglesia fue asaltada y otra, incendiada.
La minoría cristiana ha sido objeto de represalias de los islamistas radicales, que los acusan de haber apoyado el derrocamiento, en julio de 2013, del islamista Mohamed Mursi, el único presidente elegido democráticamente en Egipto, justo un año después de su llegada al poder.
Desde el verano de 2013, más de 40 iglesias han sido incendiadas o destruidas, así como decenas de escuelas, viviendas y comercios de los coptos, según la organización Human Rights Watch, que acusa a las fuerzas de seguridad de no haber actuado durante estos ataques.
Hace varios meses, los yihadistas del EI anunciaron públicamente que multiplicarían los ataques contra los coptos.