La endeble oposición en Turquía vislumbra una luz de esperanza de cara al futuro pese a la victoria del presidente Recep Tayyip Erdogan en el referéndum que amplía sus poderes.
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El bando del 'no' consiguió un resultado digno del 48,6% en la consulta popular, celebrada el domingo pasado, sobre una reforma que aumenta las prerrogativas presidenciales, pese a la constante denigración de los opositores a Erdogan a lo largo de toda la campaña.
Los dos principales partidos de la oposición, el CHP (socialdemócrata) y el HDP (prokurdo), presentaron un recurso para anular los comicios, esgrimiendo que el cambio en el último minuto de una norma electoral favoreció los fraudes. Las autoridades lo niegan.
Para la mayoría de los analistas, la victoria ajustada de Erdogan, quien contaba con un "60%" a favor del 'sí', está lejos de ser un triunfo para el presidente y para su partido, el AKP (islamista conservador).
Entre los más reacios a la reforma figuran los jóvenes, sobre todo los que acudían por primera vez a las urnas. En Estambul y Ankara, dos ciudades dirigidas por alcaldes del AKP, votaron mayoritariamente 'no' en los comicios.
El mapa electoral recoge una Turquía más dividida que nunca: el 'no' domina desde la Tracia hasta la costa mediterránea y en el sudeste, de mayoría kurda. El 'sí' encabeza en el centro de Anatolia y en la mayoría de las regiones del mar Negro.
Por otro lado, la alianza entre el AKP y el partido ultranacionalista MHP no funcionó lo bien que se esperaba, y parte de la base electoral de este último se negó a seguir la consigna de su dirigente, Devlet Bahçeli.
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– 'Advertencia' –
El editorialista próximo al gobierno Abdulkadir Selvi interpreta este resultado como "una advertencia precoz" al AKP antes de las legislativas y presidenciales de 2019, tras las cuales se aplicará la mayoría de las medidas de la reforma.
Estos comicios han revelado una erosión electoral, recalca Kemal Kirisci, del centro de análisis Brookings Institution, con una pérdida del 10% de los votos para el AKP y el MHP entre las legislativas de noviembre de 2015 y el referéndum del 16 de abril.
"El paisaje político está cambiando", considera Ozgür Unlühisarcikli, director de la oficina del German Marshall Fund en Ankara. "Hay señales preocupantes para el AKP, pero tampoco hay que exagerar".
Según este experto, aquellos que votaron no provienen de distintas corrientes políticas, desde los kurdos de izquierda hasta una parte de los ultranacionalistas, con pocas probabilidades de oponer un frente unido a Erdogan en las próximas elecciones.
Para él, los cambios pueden llegar de la derecha nacionalista debido a que varios disidentes influyentes del MHP han mencionado la formación de un nuevo partido.
Kemal Kiliçdaroglu, jefe del CHP, parece por el momento inamovible, tras haber liderado el frente del 'no', aunque algunos de sus lugartenientes llaman a impugnar la legitimidad del referéndum de una forma más enérgica.
En cuanto al HDP, su capacidad reactiva se ha visto mermada desde el encarcelamiento de una decena de sus diputados y directivos a finales del año pasado.
– 'Oposición reanimada' –
La divulgación del resultado del referéndum dio pie a manifestaciones en Estambul. Aunque sólo congregaron a unos miles de personas, este tipo de concentraciones son muy poco frecuentes desde la instauración del estado de emergencia en julio.
"La oposición parece reanimada por los resultados", constata Asli Aydintasbas, experta del Consejo Europeo de Relaciones Internacionales, aunque estima "poco probable" que las manifestaciones se prolonguen en el tiempo.
Erdogan declaró que no hay ninguna diferencia entre ganar 1 a 0 o 5 a 0, en lo que parece indicar que el estrecho margen entre el sí y el no le importa poco.
Pero esta victoria ajustada priva al presidente turco de un mandato abrumador para instaurar su nuevo sistema en un momento de grandes desafíos económicos, de seguridad y diplomáticos.
En opinión de Unlühisarcikli, Erdogan tiene muchas posibilidades de ganar las próximas elecciones presidenciales pero "lo que debería preocuparle, hoy en día, es cómo dirigir una sociedad con un contrato social que sólo firmó la mitad de la población".
Por Stuart WILLIAMS