Como parte del combate contra el "fraude y los abusos" de inmigración, el presidente Donald Trump quiere modificar las célebres visas H-1B, para trabajadores calificados, pero su margen de maniobra es limitado ante la ausencia de una reforma legislativa integral.
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Estas visas son muy apreciadas por las empresas especializadas en nuevas tecnologías porque están destinadas para permitir trabajar (por un tiempo determinado) a científicos, ingenieros y programadores informáticos. En particular son una pasarela para muchos ciudadanos indios atraídos por Silicon Valley.
Trump firmará el martes, en Kenosha, Wisconsin, un decreto que ordena a varios secretarios (Trabajo, Justica y Seguridad Interior) proponer reformas para que el programa de visas H-1B "regrese a su objetivo inicial: entregar las visas a los postulantes más calificados para los puestos mejor pagados".
"Durante mucho tiempo, en lugar de permitir que venga solo lo mejor (…), el programa H-1B se ha aplicado de una manera nefasta para los trabajadores estadounidenses", dijo la Casa Blanca al considerar que esto ha dado lugar a la llegada de trabajadores "relativamente poco calificados y de pocos países".
La firma de este decreto pretende destacar dos reglas simples erigidas por el presidente republicano en sus prioridades: comprar lo estadounidense y emplear a estadounidenses.
Los servicios de inmigración anunciaron a principios de abril una serie de medidas para luchar contra "los fraudes y abusos" en la concesión de estas codiciadas visas.
Las medidas anunciadas el lunes llegan en el momento en el que Estados Unidos inicia la concesión anual de cerca de 85 mil visas H-1B.
El presidente no puede modificar con un decreto el número de visas H-1B que se expiden, pero la Casa Blanca espera con la firma dar un impulso para una reforma legislativa, cuyo diseño aún no se ve claro.
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"Es un paso transitorio para ir hacia una versión basada en capacidades y méritos", dijo un funcionario que prefirió el anonimato.
En su primer discurso frente al Congreso el 1 de marzo, Trump abogó por abandonar el "sistema actual de inmigración poco calificado".