Los detectives (que vestían de civil) dijeron temer por sus vidas cuando abrieron fuego después de forcejear con Amilcar Pérez López, un inmigrante guatemalteco de 21 años, quien "se lanzó contra uno de ellos con un cuchillo de 30 centímetros", dijo el fiscal del distrito de San Francisco en un informe publicado el miércoles.
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El 26 de febrero de 2015, los detectives Eric Reboli y Craig Tiffe estaban en un coche de policía sin marcas cuando respondieron a un informe de un hombre armado con un cuchillo persiguiendo a otro.
Reboli detuvo al hombre que estaba siendo perseguido y Tiffe agarró a Pérez, quien estaba de pie en una acera, según el informe.
Pérez se zafó de la mano de Tiffe y luego se lanzó contra él con el cuchillo mientras el otro agente acudió en su ayuda, dijo Tiffe a los investigadores. Según la autopsia, ambos policías balearon cinco veces a Pérez por la espalda y una sexta vez por un costado.
Citando la autopsia, el informe del fiscal de distrito agregó que Pérez también estaba "muy intoxicado".
Los investigadores concluyeron que Pérez se volteó rápidamente justo antes de que comenzara el tiroteo, lo que explicaría por qué le dispararon en la espalda.
"Respetamos la decisión del fiscal de distrito y agradecemos a su oficina por su trabajo en esta investigación". -Michael Andraychak, portavoz de la policía de San Francisco
Arnoldo Casillas, un abogado que representó a la familia del guatemalteco, no respondió un mensaje telefónico en busca de comentarios.
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A nombre de la familia, Casillas presentó una demanda contra la ciudad en abril de 2015, alegando que los agentes eran responsables de muerte por negligencia. En ese momento, Casillas dijo que Pérez no hablaba inglés y que parecía no saber que los hombres eran policías.
La Asociación de Policías de San Francisco, que representa a los detectives, elogió la decisión de liberar de responsabilidad a los agentes.
"No podemos permitir que este dolor sea una brecha entre nosotros", dijo el presidente del gremio, Martin Halloran.
"En cambio, debería motivarnos a trabajar juntos como una comunidad para evitar tragedias futuras, lo que significa poner en marcha políticas inteligentes e introducir herramientas del siglo XXI que protejan tanto a la ciudadanía como a los policías".