La embajadora Nikki Haley afirmó que el presidente Bashar al-Ásad no puede continuar en el poder tras el supuesto ataque químico a una zona rebelde en Siria.
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"No existe ninguna opción en la que pueda producirse una solución política con Asad a la cabeza del régimen".
Estas declaraciones muestran un posible cambio de perspectiva del Gobierno de Estados Unidos sobre Siria después del ataque que dejó 87 muertos, incluido decenas de niños, en la localidad de Jan Sheijun.
Las imágenes de civiles con convulsiones bajo sus mascarillas de oxígeno y de personas que yacen en las calles provocaron un ola de conmoción en el mundo y desencadenaron las represalias estadounidenses tres días más tarde.
"Viendo sus acciones, viendo la situación, será difícil ver un gobierno estable y pacífico con Asad".
Haley dijo que un "cambio de régimen es algo que debería producirse", añadiendo, sin embargo, que Washington también se centra en la lucha contra el Estado Islámico (EI) y en el final de la influencia iraní.