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El emotivo mensaje de una sueca tras el atentado de este viernes

La periodista Ulrika Andersson describe a Metro el sentir de Estocolmo tras la embestida de un camión contra transeúntes de un céntrico paseo peatonal.

MWN

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Amor. Esa fue la respuesta de la gente de Estocolmo al ataque al corazón de su ciudad ayer. Eran muchos los que estaban por ir a casa a celebrar que la primavera al fin llegó a esta tierra helada, cuando el escenario de repente cambió. Caos, terror, muerte.

Las personas que vieron el ataque, que se salvaron de ser una de las víctimas, están en shock. El conductor del camión que se lanzó a una calle peatonal, terminando incrustado en uno de los centros comerciales más visitados de la ciudad, se fugó. Recién en la noche, como a las 20.30 hrs, la policía logra detener a un sospechoso.

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Aún así, los ciudadanos abrieron sus puertas. A desconocidos. “Mi puerta está abierta si no tienes dónde ir”, “Tengo café y compañía si no sabes cómo llegar a tu casa” y “Aquí hay comida, Netflix y amabilidad hacia los extranjeros”, fueron algunos de los mensajes en el hashtag #openstockholm. Porque aquí somos muchos los que estamos hartos del odio. ¿El odio de las personas que perpetran estos atentados? Sí. Pero más del odio de las personas que se aprovechan de los atentados para generar sospecha contra uno de los grupos más vulnerables de nuestra sociedad: Los refugiados.

Una cultura de solidaridad

En Europa los fascistas ganan terreno, así también en Suecia. El partido Sverigedemokraterna (los Demócratas de Suecia) son el tercer partido más grande del país, y tiene raíces nazis. La derecha ya quiere trabajar con ellos. El miedo al extranjero es un miedo falso. No hay estadística ninguna que apoye que la criminalidad ha aumentado debido a ellos. Suecia es un país con una historia reciente sin guerras, un pueblo en que la solidaridad ha sido una marca de orgullo. El país que recibió más refugiados en relación a su tamaño durante la ola migratoria en 2015. Hoy se mostró como el país que muchos aún queremos tener. Abierto. Caluroso. Fraternal. Por eso lo que ocurrió después del ataque de hoy genera esperanza.

 

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