Estados Unidos lanzó este jueves un ataque con misiles contra una base aérea en Siria, ordenado por el presidente Donald Trump, quien formuló un llamado a los "países civilizados" a unir esfuerzos para acabar el conflicto en ese país.
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El ataque es "vital para la seguridad nacional", dijo Trump, quien acusó al líder sirio, Bashar al Asad, de atacar con gas neurotóxico a "hombres, mujeres y niños indefensos".
Para Trump, "todos los países civilizados" deberían contribuir al fin del conflicto en Siria.
Este ataque constituyó la respuesta estadounidense a un presunto ataque químico que dejó al menos 86 muertos esta semana en el noroeste de Siria y provocó la indignación de la comunidad internacional.
Una fuente del Pentágono informó que 59 misiles teleguiados Tomahawk habían sido lanzados, en especial contra la base aérea siria de Shayrat, desde donde analistas estadounidenses están convencidos que partió el ataque con un gas neurotóxico.
Poco más tarde, la televisión estatal siria confirmó los ataques y los calificó como una "agresión" por parte de Estados Unidos.
Funcionarios de la Casa Blanca dijeron que Trump le informó personalmente sobre el ataque al presidente de China, Xi Jinping, con quien compartió una cena en la residencia de veraneo del mandatario estadounidense.
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En tanto, en Washington, el portavoz del Pentágono, el capitán Jeff Davies, dijo que Rusia había sido informada de la inminencia del ataque "a través de la línea establecida".
"Los estrategas militares estadounidenses tomaron las precauciones necesarias para minimizar los riesgos del personal ruso o sirio ubicado en la base aérea", añadió Davies.
También en Washington, numerosos legisladores -tanto republicanos como demócratas- apoyaron los ataques contra Siria, aunque no faltaron voces que piden detalles más claros sobre la estrategia general de la Casa Blanca.
El ataque "fue apropiado y justo", dijo el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, quien añadió que además "demuestran al régimen de Asad que no puede más contar con la falta de acción de Estados Unidos cuando comete atrocidades".
A su vez, el jefe del bloque demócrata en el Senado, Chuck Schumer, opinó que "hacer pagar a Asad cuando comete tales atrocidades es algo bueno".
– Severa advertencia rusa –
En la tarde del jueves, el Consejo de Seguridad de la ONU no logró alcanzar un acuerdo sobre una resolución sobre Siria, cuando ya se había divulgado la información de que la Casa Blanca tenía listos los planes de ataque.
En ese cuadro, la delegación rusa formuló un claro alerta a Washington sobre los riesgos de actuar militarmente y de forma unilateral en el conflicto sirio.
"Si hay una acción militar, toda la responsabilidad recaerá sobre los que hayan iniciado una empresa tan trágica y dudosa", declaró el embajador ruso ante la ONU, Vladimir Safronkov, a la salida de una reunión del Consejo de Seguridad sobre Siria.
Reino Unido, Francia y Estados Unidos presionaron para llevar a cabo el jueves una votación para pedir una investigación del ataque químico, pero decidieron posponerla.
Rusia había adelantado su firme rechazo calificando la propuesta de "inaceptable".
En substitución, presentó una contrapropuesta de declaración que no menciona cualquier presión sobre el gobierno sirio para que colabore con una investigación.
Este ataque con misiles significa que Washington pasó a implicarse directamente en la catástrofe siria, en un claro vuelco en la estrategia política y militar de Estados Unidos tras seis años de guerra civil.
"Lo que Asad ha hecho es terrible. Lo que ha ocurrido en Siria es realmente un crimen chocante", había dicho Trump a la prensa durante el viaje al estado de Florida, donde le esperaba el presidente chino Xi Jinping.
El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, había sido más explícito al prometer una "respuesta apropiada" al ataque del martes a la aldea de Jan Sheijun, en la provincia de Idlib. Entre las 86 víctimas mortales hay 27 niños.
– Cambio de postura –
El bombardeo realizado este jueves representa un evidente giro en la política de Estados Unidos hacia Siria.
Hace apenas una semana, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, dijo que la salida de Asad del poder no constaba entre las "prioridades" de Washington.
El mismo Tillerson señaló que el futuro del líder sirio debía ser decidido por los propios sirios.
El presidente ruso, Vladimir Putin, hizo un llamado a la comunidad internacional a no apresurar un juicio sobre lo ocurrido antes de que se realice una investigación completa sobre el uso de un arma química.
Este mismo jueves, el canciller sirio, Walid Muallem, volvió a negar la participación de su gobierno en el ataque con arma química.
"El ejército sirio no usó, no usa ni no usará este tipo de armas, y no apenas contra su propio pueblo sino tampoco contra los terroristas que atacan a nuestros civiles con sus morteros", dijo.