El presidente estadounidense, Donald Trump, enfrenta el mayor desafío hasta ahora en su presidencia con una votación en el Congreso de la reforma del sistema de salud pública. Esta pone en juego su capacidad de negociar y consolidar el apoyo del legislativo.
PUBLICIDAD
La aprobación de su controvertida reforma del actual modelo de salud pública, conocido como 'Obamacare', es una cuestión de honor para Trump y también la oportunidad de poner a prueba la unidad del Partido Republicano en torno a la Casa Blanca.
El debate para esta votación estaba programado para la noche del jueves. Sin embargo, la perspectiva concreta de un fracaso para lograr su aprobación hizo que la sesión se postergara para este viernes.
El jueves, Trump lanzó un ultimátum a su dividida tropa republicana: aprobar el proyecto de reforma defendido por la Casa Blanca o el presidente simplemente dejará en vigor el 'Obamacare'.
Este viernes, los republicanos se mostraron unidos al aprobar un voto sobre el procedimiento para la sesión principal, que deberá comenzar hacia 16H00 (20H00 GMT), aunque no hay certidumbre de que se mantenga esa postura unitaria.
Fiel a su estilo, Trump recurrió a la red social Twitter para mandar un mensaje a los electores que sin embargo es también un velado guiño a los legisladores: "Después de siete horribles años de 'Obamacare' (…) esta es finalmente la oportunidad de un gran plan de salud", escribió este viernes.
Luego, durante un breve encuentro con la prensa en la Casa Blanca, Trump fue consultado sobre sus expectativas para una jornada que puede tenerlo como triunfador o principal derrotado. "Ya veremos", se limitó a responder.
PUBLICIDAD
Plan polémico
Los republicanos tienen la mayoría en la Cámara de Representantes (237 escaños sobre 435), pero el resquebrajamiento de la unidad partidaria amenaza la aprobación del proyecto.
En cambio, la bancada del Partido Demócrata (193 escaños) apuesta a la división de los republicanos para hundir el nuevo proyecto y de esa forma mantener vigente el Obamacare.
El desmantelamiento y sustitución del sistema aprobado hace siete años fue una de las más insistentes promesas de campaña de Trump, que siempre lo calificó de "verdadero desastre".
Sin embargo, después de su investidura, Trump y los legisladores del Partido Republicano percibieron que era necesario proponer una legislación alternativa, momento en que la unidad detrás del presidente se resquebrajó.
Por Aldo GAMBOA