Con su plan de reducir en casi un tercio su presupuesto en diplomacia, el presidente, Donald Trump, se arriesga a ver "reducido" el liderazgo y la influencia de Estados Unidos, considera el exportavoz del Departamento de Estado Jeffrey Rathke.
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Para este exdiplomático de carrera, experto del Center for Strategic and International Studies (CSIS), la nueva administración estadounidense debería reflexionar sobre las lecciones de las guerras de Irak y Afganistán: más vale prevenir los conflictos con la diplomacia que intervenir militarmente.
PREGUNTA: Donald Trump quiere reducir un 28% el presupuesto del Departamento de Estado y limitar las contribuciones de Estados Unidos a la ONU, al tiempo que aumenta un 10% los recursos de la cartera de Defensa. ¿Qué busca con ello?
RESPUESTA: "El presidente propone, pero, a fin de cuentas, es el Congreso el que aprueba. En este sentido, estas propuestas no son más que un punto de partida. Pero como tal, eso reduce claramente las ambiciones de Estados Unidos en términos de liderazgo no militar.
Es difícil saber exactamente dónde pueden afectar estos recortes a Estados Unidos, pero si se reduce un 28% el presupuesto de una organización, es inevitable que ocurra. (Para la diplomacia estadounidense) eso significaría objetivos en suspenso y una capacidad reducida para llevar su política a la práctica.
El cambio fundamental es el aumento de nuestras opciones militares y la reducción de nuestras opciones diplomáticas. De manera general, esto da una primera señal: la administración dará menos o pocos recursos a la diplomacia estadounidense.
Un ejemplo de diplomacia es la cooperación internacional: por ejemplo, ayudar a los países del sudeste asiático a dotarse de buques para los guardacostas que luchan contra la piratería, el tráfico de drogas o para detener las incursiones de China en sus aguas territoriales".
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PREGUNTA: El secretario de Estado, Rex Tillerson, ¿no tiene razón cuando pide una diplomacia "más eficaz", un Departamento de Estado que haga más o actúe mejor con menos dinero?
RESPUESTA: "Cada nuevo Gobierno quiere mejorar la eficacia de los programas de Estados Unidos. Pueden encontrarse declaraciones idénticas de los secretarios de Estado anteriores cuando hablaban del presupuesto. Es un objetivo totalmente legítimo.
La pregunta es: ¿Cuáles son las prioridades?
Pongamos como ejemplo las misiones de mantenimiento de la paz de la ONU: sus operaciones en Mali contribuyen a la seguridad de Estados Unidos, ya que esas tropas internacionales evitan que los radicales se hagan con el poder en el país. Todos sabemos lo peligroso que es tener una madriguera de radicales en el mundo. Lo vimos en Afganistán y en Sudán.
Así que es totalmente legítimo criticar una u otra operación de mantenimiento de la paz de la ONU, pero en general estas operaciones son algo bueno para la seguridad de Estados Unidos".
PREGUNTA: Estados Unidos bajo Trump, ¿se arriesga a perder influencia internacional o a que su poder blando disminuya?
RESPUESTA: "Es mejor no utilizar los términos 'poder blando' o 'duro'. Hablamos más bien de programas diplomáticos que ejercen una influencia estadounidense. A veces son programas civiles, en otras ocasiones son programas judiciales y policiales, y otras, militares. Por supuesto, si se reducen esos recursos de manera importante, se perderá capacidad para defender nuestros intereses.
Nuestra experiencia estos últimos 15 años como país nos enseña que es mejor que no tengamos que participar en conflictos militares. Es mejor que nos anticipemos a los problemas antes de que se transformen en conflictos armados. Es una lección importante que hemos aprendido y espero que en las negociaciones presupuestarias con el Congreso esta perspectiva prevalezca claramente".
Por Nicolas REVISE