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La salud reproductiva, un debate abierto en la sociedad

En el Día internacional de la mujer, cuando conmemoramos la lucha femenina por la igualdad con el hombre y luego de una polémica visita del barco de la ONG Women on Waves que promovía abortos, trajo nuevamente al debate los derechos en salud reproductiva de ellas.

En el Día internacional de la mujer, cuando conmemoramos la lucha femenina por la igualdad con el hombre y luego de una polémica visita del barco de la ONG Women on Waves que promovía abortos, trajo nuevamente al debate los derechos en salud reproductiva de ellas.

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En Guatemala, se calcula que hay un total anual de 66 embarazos no deseados por cada mil mujeres, y más de un tercio no son planificados o involuntarios, según un informe del Centro de Investigación Epidemiológica en Salud Sexual y Reproductiva (Epidemiological Research Center in Sexual and Reproductive Health), del Hospital General San Juan de Dios. Aproximadamente 65 mil abortos se realizan anualmente en mujeres en edad reproductiva (de 15 a 49 años) y es probable que estas estimaciones sean muy bajas debido a un subregistro por repercusiones legales.

Cada año, ocurren 24 abortos por cada mil guatemaltecas, según el documento, por eso en la sociedad se ha abierto un debate desde la ciencia sobre la igualdad y la salud sexual y reproductiva.

La pobreza de la ruralidad, la marginalidad, las altas tasas de embarazos no deseados en mujeres adultas, adolescentes y niñas son una realidad que merece mayor análisis. En la actualidad hay sectores que señalan discriminación de raza y género, y opresión religiosa, política y socioeconómica de la sociedad hacia las mujeres.

José Córdova, asesor jurídico de la asociación La Familia Importa, señala: “Definitivamente hay que poner el debate sobre la mesa, los del barco nos enseñaron que hay que encontrar soluciones reales para los embarazos no deseados, reformar la Ley de Adopciones para que se dé preferencia a los hijos de víctimas de abusos, crear legislación y políticas públicas que protejan a las afectadas de abusos sexuales”.

Agrega: “Se debe perseguir a quienes promuevan el delito del aborto, se busca proteger al ser humano ya concebido”.

El caso de la mujer maya

Las comunidades indígenas guatemaltecas están dentro de las más pobres de América. La mujer maya, en su mayoría, no tiene acceso a la educación, y es esta una de las principales aliadas en la salud reproductiva.

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Derechos sexuales y reproductivos

Más de 30 tratados, leyes y acuerdos se han firmado en el ámbito nacional e internacional con referencia a la salud sexual y reproductiva en los últimos 20 años, todos apuntan al acceso a la anticoncepción eficaz, al aborto inducido y a la atención obstétrica y neonatal para reducir la mortalidad materna, perinatal y neonatal. El Estado guatemalteco se ha quedado corto al llamado de acción de la comunidad internacional. No hay servicios integrales de salud reproductiva y sexual ni libre acceso a anticonceptivos eficaces.

Aborto provocado

La “tasa nacional de aborto” para Guatemala oscila entre 11 y 21 abortos por cada cien nacidos vivos, con un promedio anual de 16 abortos por cada cien nacidos vivos, según el estudio del Centro de Investigación Epidemiológica en Salud Sexual y Reproductiva, es decir, un embarazo es abortado voluntariamente por cada seis.

Según un estudio del Organismo Judicial, Guatemala ocupa el segundo lugar en abortos clandestinos en el mundo, solo superados por Haití.

La ley indica que existe prisión de uno a tres años por practicarse un aborto, pero el número de mujeres privadas de libertad por este tópico es cero. Así también es nula la cantidad de personas presas por “aborto calificado”, es decir, aquellos responsables por la muerte de las mujeres por practicarse un aborto inseguro.

Los abortos en Guatemala se llevan a cabo clandestinamente y en condiciones en las que los riesgos son muy altos. De hecho, muchas madres mueren y otra gran cantidad sufren complicaciones.

¿A qué se enfrenta una niña o mujer luego de un aborto clandestino? Según los estudios médicos, a complicaciones como endometritis postparto, sepsis puerperal, trauma genital, obstrucción o perforación intestinal, hemorragia postparto y trombosis.

En Guatemala, hay más de cien muertes maternas por cada cien mil niños nacidos vivos y en 2007 la Segeplan indicó que 6.3% de los decesos de esas muertes fue por un aborto.

Las futuras políticas de salud reproductiva deberían ser creadas, guiadas y promovidas por y para las mujeres, en pro de la educación integral y la responsabilidad colectiva con la niñez.

“Una parte de la sociedad se abstiene de tocar temas sexuales en forma científica y clara, la otra pide cambios en el sistema de salud y en la mentalidad colectiva”.

Abortos, un tema en debate

  1. Aborto urbano: “Durante las últimas décadas, muchos estudios han informado sobre el gran número de mujeres que han sufrido una hospitalización por complicaciones de abortos inducidos, lo que confirma que el aborto inducido es común en Guatemala”, explica el médico Edgar Kestler, del Centro Epidemiológico en Salud Sexual y Reproductiva (CIESAR).
  2. Aborto rural: En las comunidades mayas, la maternidad es muy valorada, es la esencia del matrimonio. La interrupción de un embarazo es inconcebible. En estos casos, la herbolaria ha sido desde siempre la primera vía para la interrupción de un embarazo.

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