Si para bloquear el avance de sus adversarios "el Estado Islámico lleva a la práctica la amenaza de hacer estallar la represa, entonces toda la parte río abajo quedaría anegada por las aguas", explica asustado Abu Husein, de 67 años.
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Este agricultor vive en Tuwayhina, un pueblo del que se apoderó recientemente la alianza kurdo-árabe de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), en la ribera este del Éufrates, a una decena de kilómetros del dique.
Husein esboza un escenario apocalíptico, con "cientos de aldeas y campos" sumergidos bajo el agua.
"Esa gente no teme a Dios y yo temo a los que no temen a Dios".
El Éufrates cruza el norte de Siria, pasando por Raqa, la capital de facto del EI, y luego discurre por el oeste de Irak.
Las FDS se hallan a unos 5 kilómetros de la represa de Tabqa y de la ciudad epónima, un feudo del EI donde residen muchos comandantes y que constituye un objetivo importante de las fuerzas antiyihadistas en su ofensiva por apoderarse de Raqa.
"Se dice por ahí que Dáesh (acrónimo en árabe del EI) tiene la intención de volar la represa de Tabqa", asegura Rahil Hasan Mahmud, un vecino de la aldea de Bir Hamad, de 52 años.
"Raqa y Deir Ezor quedarían inundadas, otras localidades morirían de sed y la cosecha y el ganado se echarían a perder".
El Éufrates es la principal fuente de agua potable en la región y resulta de vital importancia para la agricultura y los animales.