El mediador de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, propuso a las partes en conflicto discutir sobre gobernanza, nueva constitución y elecciones durante la próxima semana, segunda en las difíciles negociaciones de Ginebra con las que se busca dar inicio a un proceso que ponga fin a la guerra.
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Mistura prevé "varias sesiones" de negociaciones, según un documento entregado a las dos partes y consultado el domingo por AFP, y sostiene que cuando termine la actual ronda de negociaciones "tendremos una comprensión mayor (…) sobre cómo proceder en las futuras rondas".
Representantes del régimen sirio y de la oposición se encuentran en Ginebra para una cuarta ronda de negociaciones de paz, ensombrecidas por una serie de sangrientos atentados en el terreno.
La ONU quiere iniciar las discusiones sobre gobernanza, una nueva Constitución y elecciones, según el documento.
Estos temas están inscritos en la resolución 2254 de la ONU adoptada en 2015, que fija una hoja de ruta internacional para alcanzar una solución política en Siria. Pero su interpretación es diferente para Damasco y para la oposición, en particular sobre gobernanza.
Para el régimen está fuera de cuestión poner en duda el poder del presidente Bashar al Asad, mientras que la oposición reclama un "órgano gubernamental de transición" que disponga de todos los poderes ejecutivos.
"Discutiremos estos tres temas en paralelo (…) no habrá un acuerdo sobre nada mientras que no haya un acuerdo sobre todo".
Las negociaciones de Ginebra, calificadas en el documento como "discusiones iniciales", apuntan a "preparar el terreno para negociaciones de fondo" sobre los tres temas, precisa el texto, que subraya que "varias sesiones" serán necesarias para alcanzar un resultado.
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Las cuestiones del alto el fuego, la lucha contra el terrorismo y las humanitarias serán tratadas en el marco del proceso de Astana, precisa el documento.
Rusia, aliado de Damasco, y Turquía, que apoya a los rebeldes, impulsan desde fines de diciembre una frágil tregua entre el gobierno y la oposición, alto el fuego que no alcanza a los grupos yihadistas. Impulsaron las negociaciones de Kazajistán entre el régimen y los representantes militares de los grupos armados.
Estas negociaciones, que se llevaron a cabo en dos ocasiones, en enero y en febrero, permitieron de momento instaurar un proceso de vigilancia del alto el fuego.